“La mentira y no la verdad prevalece en la tierra” (Jeremías 9:3)
El que algo sea una verdad a medias, en realidad, no tiene tanta importancia para algunos que se especializan en sembrar sospechas. Los manipuladores de la verdad lo saben, comprenden perfectamente que si logran que una duda se instale en la mente de las personas habrán logrado su objetivo, y podrán, manejar a las personas a su antojo como simples marionetas.
Las personas que son manipuladas y manipulables, en general, son crédulas. Se las puede manejar precisamente por esa condición, porque tienden a aceptar algo porque lo afirma alguien con cierta autoridad o porque un medio masivo lo señala.
En el mundo contemporáneo, conocido ya como la era de la “pos-verdad”, no interesa que algo “sea” verdadero, sino que convenza, es decir, la persuasión se ha instalado como un elemento crucial a la hora de comunicar. Como nada hay nuevo bajo el sol esa idea ya se enseñaba en la antigua Grecia donde los sofistas buscaban la forma de hacer aparecer una mentira como si fuera verdad. Enseñaban el arte de manipular la información para que aún lo más erróneo pareciera verdadero.
Los motivos de los manipuladores de la verdad pueden ser variados: Envidia, venganza, deseos de obtener beneficios, etc., el problema, es que el motivo interesa poco cuando se logra el objetivo. Los usos de las medias verdades son múltiples: dañar una pareja para tener una oportunidad, debilitar a un rival para ascender en la carrera profesional, romper la unión de un grupo para debilitar su poder, evitar votos contrarios a nuestros intereses, intentar que despidan a un compañero de trabajo o a un superior, dejar sin apoyo a un aspirante, poner a todos en contra del elegido, lograr que una idea nuestra sea aceptada, etc.
Uno de los efectos más nocivos es que los manipuladores de la verdad a menudo actúan en las sombras y de manera solapada, eso deja a las víctimas indefensas, cuando se logran dar cuenta de lo que ha pasado, a menudo, ya es tarde, el daño está hecho. Un viejo amigo me decía, respecto a una difamación de la que he sido víctima:
—No importa lo que digas, si se siembra una sospecha, mucha gente lo creerá aunque tenga evidencias que digan lo contrario.
Esa es la mayor victoria de los manipuladores de marionetas.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez.
Del libro inédito: SUPERANDO OBSTÁCULOS
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