Un tirano



“¡Caeréis como cualquier tirano!” (Salmo 82:7)

Para mi, como escritor, los verdaderos héroes de las películas no son los actores ni los directores, sino los guionistas. Los escritores que están detrás de algunas de las mejores cintas del cine mundial. Sin ellos, los actores no tendrían qué decir y los directores no sabrían sobre qué material trabajar. A menudo, son los héroes olvidados o no mencionados, aunque en la industria del cine hay algunos legendarios.

La película Queen of Desert (La reina del desierto) fue dirigida por el director alemán Werner Herzog, quien también realizó el guión, lo que la hace más meritoria. En lo particular, los diálogos de una buena película son claves para aportar algo diferente. Todo esto para decir una frase de la película que quiero discutir:

“El amor es un tirano que no perdona”.

¿Será cierto? ¿En qué contexto? ¿Cómo es posible pensar que el amor, que tantas alegrías nos trae, sea a la vez un tirano?

Aunque la frase es de Herzog, quien reconstruyó con su fantasía los posibles diálogos que pudo tener Gertrude Bell, la viajera, historiadora, arqueóloga y política inglesa, en la que se basa la cinta, muestra una idea muy común en relación al amor.

Los seres humanos acaban siendo esclavos del amor. Teniendo poco o ningún dominio sobre sí mismos, una vez que se enamoran.

No concuerdo con esta definición. Eso no tiene nada que ver con el amor, sino con la pasión ciega y el sentimiento no controlado. El amor, es algo muy diferente, pues está por sobre las intrigas y los vericuetos irracionales de la emoción.

Amar es decidir. Es elegir qué quiero hacer con mis afectos y a quien deseo entregárselos. Pero, implica dominio propio y respeto. No puedo obligar a otras personas a amarme, debo ser respetuoso de alguien que no quiera expresarme amor de la misma manera en que yo deseo hacerlo.

La emoción no controlada esclaviza. El sentimiento es un tirano de principio a fin cuando toma el dominio de alguien. El amor en cambio, nos hace libres, porque nos enseña a respetar la dignidad de otros. Nos instruye en la paciencia, porque el amor tiene un tiempo de maduración y no se lo puede apurar. Amar libera, nunca esclaviza.



Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez 
Del libro inédito: Lazos de amor

#MiguelÁngelNúñez #Meditacióndiaria #Devocional
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