La marea



Los psiquiatras y docentes de la Universidad de Harvard, Richard S. Schwartz y Jacqueline Olds, que además, son esposos entre si, proponen una teoría en su libro Matrimonio en movimiento que va a contracorriente con las ideas populares sobre el amor romántico.

Ellos hablan del “flujo y reflujo natural de las relaciones perdurables”, es decir, que no siempre para que una relación funcione debe ser calma y estática, sino que más bien se parece más al vaivén normal de las mareas marinas. Un ir y venir, de acercamiento y lejanía, que permite que la llama del mutuo descubrimiento se mantenga intacta.

En sus palabras “la sensación placentera de intimidad no se encuentra en la cercanía estática, sino en el movimiento de uno hacia el otro, en el descubrimiento progresivo de otra persona, en una maravillosa sensación de desenvolvimiento, de estar retirando el velo” (Schwartz y Olds, 2002: 2). Cuando se pierde esa sensación progresiva de ir descubriendo al otro, entonces, se entra en una fase de desencanto que provocaría que la pareja, influenciada por la visión romántica, crea que no hay nada más que hacer, y la separación aparece como opción.

En el concepto de los autores, cuando se pierde la curiosidad y la sensación de descubrimiento, entonces, la cercanía se convierte en problema. La excitación y el asombro al acercarse poco a poco al otro, se pierde, y ahora no queda más que esa sensación de tristeza que da el saber que ya se tiene todo lo que se deseaba.

¿Qué hacer? Los psiquiatras proponen no desanimarse cuando eso ocurre y volver a recuperar la sensación de misterio una y otra vez, para mantener la sensación de siempre descubrir al otro.

Los autores no dejan de tener razón, porque cuando la apatía, la rutina y el aburrimiento se instalan, las parejas dejan de avanzar y de conocer. En cambio a esa sensación es simplemente, el mantenerse constantemente alerta para no permitir que precisamente el conocimiento del amado sea la causal de la pérdida del interés. Eso implica que las parejas, de un modo u otro, deben mantener conscientemente la chispa de conocerse mutuamente abierta, para no permitir que la rutina del conocer mate su amor.

Del libro inédito Lazos de amor
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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