Ayuda no subordinada



“No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Génesis 2:18)

Estudiar la Biblia desde el texto hebreo o griego, según corresponda le da a la interpretación bíblica un trasfondo que difícilmente se logra en las traducciones.

El texto no habla de que es bueno que el varón esté solo, el original dice ‘adam, eso implica que no es buena la soledad para el varón ni para mujer, si eso es cierto, entonces la segunda cláusula de la oración se aplica a ambos.

Lamentablemente en la historia de la interpretación de este texto se supone que Dios creó a la mujer para que fuera la “ayudante” del varón. En dicha concepción, la mujer estaría subordinada al varón por su rol de ayuda no igual.

Lo interesante de esto es que la expresión hebrea ezer que ha sido traducida al español como “ayuda” La palabra “ayuda” aparece 21 veces en el Antiguo Testamento. Lo que llama la atención es que la mayoría de las veces se usa la expresión para referirse a Dios cuando se encuentra ocupado en actividades de socorro, alivio, consuelo o redención entre su pueblo (Exodo 18:4: Deuteronomio 33:7, 26, 29; Salmos 33:20, y muchos más).

Si la expresión “ayuda” implica subordinación, como sostienen aquellos que leen el pasaje de manera sesgada, entonces, Dios estaría subordinado al ser humano por ser nuestra “ayuda”.

En realidad el término “ezer” significa literalmente “un poder o fuerza que puede salvar. Es una expresión que viene de dos raíces: Rescatar o salvar y ser fuerte. Si supongo que la mujer es ayuda y el varón no lo es, contradigo el sentido que la misma Biblia le asigna a esta expresión, especialmente en el contexto de Dios.
Moisés eligió esta palabra para expresar que el varón y la mujer están llamado a ser ayuda uno del otro para rescatar o salvar al otro, en cierto modo, es una ayuda imprescindible que nadie puede dar. Si hay subordinación, entonces esa idea se desecha y tuerce el texto.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Lazos de amor
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