La promesa de Dios



“No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará” (Salmo 91:5-7).

Hay versículos en la Biblia que son desconcertantes, este es uno de ellos. Una promesa de que a sus hijos nunca les pasaría nada, que aunque la peste y la plaga venga, no le afectaría. ¿Cómo entender entonces el que tantos cristianos a través de la historia se ven afectados por situaciones graves, desastres y enfermedades?

Lamentablemente, estos versículos, leídos fuera de contexto, pueden hacer que muchos pierdan su confianza en Dios. El texto siempre debe ser leído en su contexto global.

La promesa no es un cheque en blanco donde Dios promete que no nos va a pasar nada. Eso sería intervencionismo que dejaría a un lado nuestra libertad como seres humanos. Dios promete que nunca nos abandonará no importa cuál sea la circunstancia que nos toque vivir.

Es lo que está explícito en el verso 15: “Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores”. En aquellos instantes, cuando asole la plaga y la peste, Dios ofrece que no nos abandonará, que estará con nosotros.

En algunos momentos Dios, milagrosamente, intervendrá. Lo hará en el momento en que sea justo, y eso es cuando la libertad humana sea respetada plenamente. Tendemos a pensar que Dios se entromete aún en contra del libre albedrío humano, y no es así. Dios actúa cuando se produce un equilibrio perfecto entre su amor que interviene por sus hijos y la libertad nuestra. Concepto que nos cuesta entender, en nuestra visión limitada de la divinidad, y porque tendemos a creer que él obra de manera similar a como lo hacemos nosotros.

Por esa razón, el salmista termina diciendo que entiende que Dios siempre está presente, aún cuando las dificultades de la vida de pronto nos hagan perder de vista su presencia. Dios es un Dios presente, y eso es lo que nos debe importar y lo será así hasta el día en que venga a poner fin definitivo a cualquier dolor.

¿Confías en el inmenso amor de Dios que nos acompaña?

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Salmos de vida
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1 comentario:

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