Vivir sin culpa


“Aquellos... que tratan de ser justificados por la ley, han roto con Cristo; han caído de la gracia” (Gálatas 5:4)

Mientras más tóxica sea una religión más llena de culpa a sus adeptos. Hay cristianos que se especializan en poner cargas de culpa sobre los hombros de quienes están luchando por sentir la paz que produce la gracia. Son los que el psicólogo y pastor Bernardo Stamateas llama “los mete culpas”, expertos en hacer que la religión cristiana sea una carga y no un alivio.

El texto de Gálatas habla expresamente en contra de aquellos que intentan ser “justificados por la ley” y declara simple y llanamente que quienes obran así han “roto con Cristo” y “han caído de la gracia”. Me resulta incomprensible cómo algunos pueden, después de leer estas palabras, seguir transmitiendo ideas erróneas.

A partir del siglo V o VI se introdujo la idea en el cristianismo de que no era suficiente la muerte de Cristo, que era necesario “probar” de que éramos dignos de recibir su gracia. En otras palabras, los judaizantes del tiempo de Pablo ganaron la partida y de paso convencieron a millones de personas que para ser justificados primero tenían que ser santos, expresando lo contrario de lo que dice el evangelio, que para ser salvo simplemente somos llamados justos por gracia y luego viene un proceso de cambio, pero, NO SOMOS SALVOS POR SER SANTIFICADOS, SINO POR SER JUSTIFICADOS. En teología cristiana eso sería el ABC fundamental.

Si alguien quiere llegar a ser justo por ser obediente a la ley, entonces, en palabras de Pablo “ha roto con Cristo” y está “caído de la gracia”, así de simple, sólo en Cristo hay esperanza, nada más.

“Si somos justificados por Cristo, entonces es imposible que ante Dios sigamos siendo pecadores, o que Dios nos siga exigiendo la justicia por la ley” (Martín Lutero).

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Reflexiones al amanecer
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