La elección es tuya


“ Te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida” (Deuteronomio 30:19)
E s muy común entre gente cristiana suponer que Dios cumple un rol más trascendente en la elección de parejas que el que se supone. Hay incluso algunos que derechamente afirman que Dios es quien ha elegido la pareja que tienen, pero, ¿es verdad dicho concepto?

Es mucho más fácil poner la responsabilidad en los hombros de Dios antes que asumirlos de manera personal.

La verdad es que bíblicamente no hay argumentos que hagan suponer que Dios elige pareja. Si la divinidad interviniera de la forma en que se sugiere, entonces, ¿cómo explicar tantos fracasos? Dios no patrocina derrotas. Al contrario, Dios hace las cosas bien, no reuniría una pareja que va a fracasar.

Lo que si hace Dios es guiar, orientar, dar sabiduría, pero, la decisión es de los individuos, de nadie más. Suponer que Dios elige por nosotros es poner a la divinidad en un rol que no le corresponde y el ser humano pasa a ser una especie de marioneta bajo la voluntad de una divinidad que pretende lo mejor para nosotros, pero, sin embargo, lo hace de tal forma que no respeta las decisiones del invididuo.

Por muy bueno que sea Dios, no tiene derecho a elegir por el ser humano. Es una prerrogativa que no le corresponde. Él mismo se ha autolimitado a sí mismo dándole a los individuos la facultad de decidir.

Cuando le pedimos a Dios que elija pareja por nosotros lo ponemos en un lugar y en una posición injusta. La imagen que presentamos de la divinidad en ese contexto es la de un Dios que no da lugar al individuo para que elija por sí mismo. De esa forma el ser humano sería esclavo de una divinidad buena, pero, que no da libertad.

Nosotros elegimos. Dios nos guia, pero la decisión es nuestra. Por esa razón, debemos asumir la responsabilidad de lo que optamos. Elegir no es fácil, por eso Dios nos concede su sabiduría para optar, pero nunca elige por nosotros, eso no sería sano ni justo.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Lazos de amor
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