La utopía de vivir sin conflictos


“¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?” (Santiago 4:1)
La mayoría de las personas cree, de manera ilusa, que cuando ya no tenga conflictos, entonces todo andará bien en su vida, incluyendo su relación de pareja.

La realidad, es que nunca estaremos excentos de conflictos, es inherente a la condición humana, tal como lo señala el texto de Santiago. Para poder crecer como pareja es preciso aprender de los conflictos y verlos como oportunidades de crecimiento.

“Aprender —como dirían Bucay y Salinas— a aprovechar cada dificultad que encontramos en el camino para ahondarla más, para conectarnos con más profundidad, no sólo con nuestra pareja sino también con nuestra condición de estar vivos” (Bucay y Salinas, 2000:43).

Para lograr lo que estos terapeutas postulan, es preciso cambiar de actitud, porque en el fondo, las actitudes son las que moldean nuestra conducta y nos permiten ver la realidad de una manera diferente.

Cada acontecimiento que vivimos lo podemos leer como un componente de aprendizaje o como aquello que hundirá mi vida. La perspectiva que elijamos es la que condicionará nuestra respuesta. En este sentido, no hay términos medios.

La mayoría de los conflictos se resuelven, en primer lugar, en nuestra mente. Una gran cantidad de las situaciones que producen conflicto son parte de nuestro modo de interactuar con nuestra realidad y eso se aprende. Lo entendamos o no, fueron los vínculos de otros, los que nos enseñaron a vivir nuestras propias relaciones, empezando por las de mayor impacto, la de nuestros padres o las personas que nos formaron.

Por esa razón, en ocasiones una de las primeras acciones que debemos hacer para aprender a lidiar adecuadamente con los conflictos es examinar la forma en que fuimos enseñados para enfrentarnos a ellos. Al tener conciencia de lo que aprendimos, estaremos en mejores condiciones para poder elaborar vías más adecuadas de resolución o al menos, mejores que las que aprendimos, si éstas no fueron buenas.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013
Del libro inédito: Lazos de amor
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