A la sombra de tus alas


"¡Cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas" (Salmo 36:7) 

En 1962 la cantante norteamericana Petula Clark triunfó en francés con el canto “Chariot”, al año siguiente Peggy March, una niña de 14 años, la convirtió en éxito mundial en inglés bajo el título “I will follow him” [Le seguiré]. En una parte de la letra la canción dice:

“Le seguiré allá donde vaya, siempre estaré cerca de Él, nada de Él me alejará, Él es mi destino. Desde que tocó mi corazón, supe que no hay océano tan profundo ni montaña tan alta que pueda alejarme de Su amor”.

Esa poesía capta en esencia lo que ha sido siempre un misterio para el ser humano, comprender el inmenso y extraordinario amor de Dios.

El salmista usa una metáfora poderosa, para intentar explicar esa maravilla del amor de Dios: “Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas”. Dios, aquí es representado por una inmensa ave que cubre a todos los que buscan en él refugio. Es una tónica del salmista describir a Dios utilizando metáforas extraídas de la naturaleza.

El ave que describe el salmo vuela imponente por los aires, y es lo suficientemente grande como para cubrir con sus sombra a todos los que recurran a ella como refugio.

El amor en sí mismo es una protección magnífica. La persona que se siente amada, se sabe segura y con esperanza. Por esa razón es tan negativa y tóxica una religión que condiciona el amor de Dios a la conducta o la dádiva, porque pone al ser humano en una situación precaria y desventajosa. Si Dios nos ama desinteresadamente y sin poner condiciones, entonces, lo que queda como sentimiento es la tranquilidad del niño que se siente amado y nada más le importa.

Una religión sana presenta a Dios en términos de incondicionalidad. Sólo en ese contexto es posible sentir que la religión vale la pena. Un Dios que ama si lo adoran o le dan dádivas, es una idea macabra de un comerciante que sólo responde ante las obras de sus súbditos.

¿Te sabes protegido(a) por el amor incondicional de Dios?

© Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inédito Salmos de vida

#MiguelÁngelNúñez
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