El arco del Señor


“Aunque tramen hacerte daño y maquinen perversidades, ¡no se saldrán con la suya! Porque tú los harás retroceder cuando tenses tu arco contra ellos” (Salmo 21:11-12)
La imagen es poderosa, pero tenemos que actualizarla para hacerla comprensible. En la actualidad, donde no usamos arco y flecha, esta imagen de un Dios arquero no nos llama la atención. Hoy día diríamos: “Cuando prepares tu cañón teledirigido contra ellos” o “cuando tengas listo la ametralladora contra ellos”.

David, que era un guerrero, le gustaba pensar en Dios en términos de batalla y guerra, aunque paradógigamente Dios está mejor representado en la paz.

La realidad es que aunque no parezca, o aún cuando las circunstancias nos indiquen lo contrario, la promesa es que cuando alguien trame algún daño en contra de nosotros y maquine, nunca se saldrá con la suya, porque cuando un hijo de Dios es atacado, Dios mismo sale en su defensa, esa es la promesa, el magnífico recuerdo de una divinidad que no está en su templo esperando adoración, sino que está en el ruedo, defendiendo y apoyando a quien es injustamente maltratado.

Supongo que David tuvo que vivir muchos momentos difíciles para darse cuenta que finalmente era Dios el que defendía su vida, su prestigio y su futuro. A veces, en medio de la reyerta y cuando los perversos parecen ganar la contienda, es complicado asumir el sentido de esta promesa, pero, cuando la mantenemos presente en nuestra mente, no hay duda, llegamos a la convicción de que nada ocurre sin que Dios no lo sepa.

¿Te persiguen injustamente? ¿Te difaman abiertamente? ¿Te maltratan de manera gratuita y cruel? ¿Te insultan hiriendo tu autoestima y valía personal? Confía en Dios. El “tensa su arco” y ninguna persona que te maltrate saldrá liberada de su acción perversa. Dios es el protector de los maltratados y los perseguidos, en su promesa encontramos la mejor defensa ante el desánimo y la tristeza.

Dios no nos abandona nunca, aunque nuestros enemigos quieran hacer aparecer que si.

¿Haz depositado tu confianza en el arco del Señor?

© Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inédito Salmos de vida 

#MiguelÁngelNúñez
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