Faltas ocultas


“¿Quién”se da cuenta de sus propios errores? ¡Perdona, Señor, mis faltas ocultas!” (Salmo 19:12)

Una de las cuestiones más difíciles de entender en el cristianismo es la idea de que el ser humano no es condenado por sus “pecados”, sino que la raza humana nace separada de Dios por causa de su “naturaleza de pecado”. Ese es un concepto que a menudo se confunde, especialmente en el contexto de una religión que hace énfasis en lo normativo, antes que en el milagro de la renovación plena en Jesucristo.

Todo ser humano, sólo por el hecho de nacer en este mundo, está marcado por las tendencias al mal que ha heredado de sus padres. En cierto modo, los seres humanos nacen “pecadores” sin haber cometido ningún pecado. En otras palabras, la herencia nos condena.

Pero eso no es justo, en absoluto. Nadie ha decidido nacer en este mundo y menos en esas condiciones. Precisamente por esa razón Dios prepara y ejecuta un plan de salvación independiente de nuestras decisiones, que apunta, precisamente, al centro mismo del problema: Darle la oportunidad al ser humano de elegir vivir, en otro contexto y en otra realidad, sin la impronta de esa naturaleza pecaminosa.

El gran problema es que algunos, al no entender este punto esencial, consideran que los seres humanos han de hacer “esfuerzos” para superar el pecado, sin darse cuenta que es imposible luchar contra la naturaleza tendenciosa que tenemos, y todo cambio que pueda producirse será nada más y nada menos que un milagro obrado soberananente por Dios.

Hay un cierto grado de orgullo en quienes piensan que tienen la capacidad para vencer su naturaleza pecaminosa. La verdad es que las personas al conocer y entregarse a Cristo comienzan un proceso de transformación, pero que no es un elemento condicionante para la salvación. La naturaleza comienza poco a poco a ser transformada. Será totalmente renovada cuando venga Jesús, mientras tanto, nuestra única esperanza es seguir confiando en Dios y en su poder regenerador.

¿Confías en ti mismo o en Dios para el proceso regenerativo?

© Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inédito Salmos de vida
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.