La causa del desvalido




"Defiendan la causa del huérfano y del desvalido" (Salmo 82:3) 

Siempre en el cristianismo ha existido una tensión entre la teoría y la práctica. El aparato teórico cristiano es hermoso, resulta apasionante, pero, la práctica no siempre está en armonía con la teoría. Muchas veces es más fácil hablar que hacer.

Su nombre no apareció en grandes titulares, la mayoría de los medios informativos prefieren el morbo al altruismo. En el año 1996 tenía 17 años y participaba en una protesta frente al ayuntamiento de la ciudad de Ann Arbor, en EE.UU. 17 hombres encapuchados, pertenecientes a la organización racista Ku Klux Klan habían ido al municipio a presentar una petición. En las afueras se reunieron unas 300 personas a protestar porque esas personas habían sido recibidas.

Gritaban consignas cuando alguien vio que cerca de allí un hombre con los brazos tatuados con símbolos racistas y que vestía una camiseta con la bandera confederada que usan los xenofobos los observaba, de pronto, la multitud dirigió toda su ira contra ese hombre. La gente se abalanzó contra él. El hombre corrió pero fue alcanzado por la turba que comenzó a golpearlo con palos y puntapies. De pronto, desde la multitud salió una muchacha, estudiante de secundaria, afroamericana, Keshia Thomas, y se avalanzó sobre el cuerpo del hombre blanco que estaba tirado en el suelo, herido, protegiéndolo con su propio cuerpo. Y conminó a la multitud a parar con gritos:

—¡Así no! ¡No podemos protestar contra la violencia con violencia! ¡Paren!

Al verla, que a riesgo de su propia integridad, ella protegía a un hombre desvalido, la gente paró de gritar y detuvieron los golpes. Poco a poco se calmaron. Keshia ayudó al hombre a ponerse en pie, y éste se marchó lentamente. Cuando le preguntaron por qué lo hizo, ella simplemente dijo: "Porque era lo correcto. Muchas veces he sido maltratada y hubiese querido que alguien hiciese algo así por mi".

Dios no nos pide que nos quedemos mirando mientra el desvalido es maltratado, nos pide acción y no palabras.

¿Qué estás haciendo por el desvalido y el necesitado?

© Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inédito Salmos de vida


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