Buenas nuevas anunciadas


“Así que las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero muy alegres, y corrieron a dar la noticia a los discípulos” (Mateo 28:8)
Flora Plummer, junto a su esposo, fueron maestros de escuelas públicas por muchos años, hasta que aceptaron el adventismo. Desde ese día y hasta su muerte se comprometieron completamente con el mensaje.

Eran otros tiempos para la iglesia, distintas formas de enfocar las cosas, una madurez mucho mayor que la existe en la actualidad en algunos círculos y definitivamente una iglesia con muchos menos prejuicios y conceptos erróneos, especialmente respecto a la función de la mujer. Sorprende la enorme cantidad de mujeres que estaban comprometidas con la difusión directa del evangelio en los comienzos de la iglesia y cómo eso las llevó a desempeñarse como evangelistas, pastoras distritales, tesoreras de campo, y otras actividades que en la actualidad se las piensa casi en exclusividad para varones.

Flora fue integrada a la labor evangélica, de hecho, fue reconocida como una excelente oradora y una persona que era continuamente invitada a dar conferencias sobre la fe adventista. Al tiempo, fue electa como Secretaria de la Asociación de Iowa. El año 1900 se convirtió en la primera mujer que lideró como presidenta interina, una asociación de los adventistas, cuando el entonces presidente de la asociación, Clarence Santee, fue llamado a servir en California. Nadie rasgó vestiduras por eso ni hicieron las polémicas que abundan en la actualidad.

La labor más destacada de Flora fue como directora del Departamento de Escuela Sabática de la Asociación General, la cual dirigió durante 23 años (1913-1936). Ninguna persona hasta el día de hoy en este departamento ha podido superarla.

Cuando alguien supone que un género es superior a otro, introduce un sesgo en las Sagradas Escrituras que no puede ser de origen divino, Dios no hace acepción de personas. Una mujer, imbuida de un llamado evangélico, puede hacer tanto como un varón. Lástima que durante décadas nos hemos privado de la participación de mujeres, simplemente, porque la terquedad cultural masculina no nos permite ver algo más en la Escritura, ni siquiera visualizar a un Jesús que nunca hizo diferencia entre varones y mujeres.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inedito: Héroes de verdad 

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.