“Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan” (Efesios 4:29)
Algunos suelen creer que la vida religiosa es “espiritual” y por lo tanto, no tiene nada que ver con la vida cotidiana y el día a día. Esa concepción no es bíblica, al contrario, es de origen pagano. No hay vida “espiritual” y “carnal” para el pensamiento hebreo, como ya hemos dicho en otra oportunidad, todo está imbricado totalmente. Eso implica entonces, que la vida religiosa no se vive en la iglesia, de hecho pasamos la menor parte de nuestro tiempo en una iglesia, y la mayor parte en ocupaciones extras.
El apóstol Pablo entendía esto, por eso que se ocupaba de todo, incluyendo las conversaciones, que el llama “obscenas”. ¿De qué está hablando? Lo obsceno tiene un amplio espectro de comprensión y dependiendo del contexto, significará algo más o menos distinto para cada persona. Una clave, está en la siguiente frase, “que sea para edificación” y de “bendición”. Eso implica que cualquier conversación que no tenga esos fines, entonces, cae en la categoría de obscena, es decir, fuera de lugar.
La lengua y el habla tiene un tremendo potencial para la comunicación y el buen desarrollo de los individuos. No obstante, también puede servir para degradar a las personas y convertirse en un foco de maldad y destrucción.
Cuidar lo que hablamos está vinculado estrechamente con lo que pensamos. Si llegamos a creer que lo que decimos es inócuo, entonces no hay nada que decir. Pero si entendemos que nuestra conversación puede edificar y bendecir, ahí es otro el cantar.
“La conversación es la expresión de nuestro modo de pensar” (Séneca)
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Reflexiones al amanecer
MOTIVO DE GRATITUD 29: Doy gracias a Dios porque existen personas que son capaces de hacernos mirar más allá de lo cotidiano y concentrarnos, aunque sea por un momento, en lo realmente importante.
#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
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