El gran misterio


“Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros lleno de amor y de verdad” (Juan 1:14 DHH)

El centro de todo el libro de Juan es el versículo que encabeza esta reflexión. El misterio de Dios, “la Palabra”, que se hace humano y vive entre nosotros. Dios en forma humana.

El vocablo “vivir entre nosotros” es exactamente el que se usa en el Antiguo Testamento cuando Dios anuncia la construcción del santuario, para habitar en medio de su pueblo, con lo que enuncia otra clave para entender el libro de Juan y el ministerio de Jesús, el Santuario del desierto, que preanunció todo lo que Jesús haría y sería.

El nombre verdadero de Dios encarnado es Emmanuel, tal como se señala en Mateo 1:23, y que significa “Dios entre nosotros”. Jesús, que viene del vocablo Jeshua o Joshua en hebreo o Cristo que viene de la expresión Cristós en griego, son simplemente, un título, no un nombre, y significa “el ungido”. El verdadero nombre es Emmanuel, Dios viviendo entre nosotros.

Dios viene a vivir entre su pueblo, lo que nos habla de la cercanía de la divinidad con los seres humanos. Cuando presentamos a un Dios lejano, ausente, esquivo, escondido, alejado... lo que estamos haciendo es tergiversar la verdadera esencia de la divinidad. Dios encarnado es la mejor representación de Dios, de ese ser maravilloso que decide vivir entre nosotros y encarnarse.

Difícilmente entenderemos a cabalidad lo que significa la encarnación, pero al menos podemos saber esto: Dios eligió vivir entre nosotros, y eso, supera cualquier prueba de amor y bondad.

“El misterio de la Encarnación significa para la humanidad entera la salvación definitiva, única, insustituible, imposible fuera de Cristo” (Ervens Dario Mengelle)

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Reflexiones al amanecer

MOTIVO DE GRATITUD 18: No tengo palabras para expresar el agradecimiento que siento por Jesús, quien no sólo dio su vida por mi, sino que le dio a mi existencia un significado. 

¿Estás haciendo tu lista de gratitudes? No olvides, que el desafío para este año es que al final de él hayas escrito 365 motivos de gratitud. 

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