Quejumbroso


“¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves? ¿Por qué me haces presenciar calamidades? ¿Por qué debo contemplar el sufrimiento?” (Habacuc 1:2-3)
Ayer reflexionamos en un Habacuc lleno de fe y confianza en Dios, pero... no siempre fue así, de hecho, el capítulo 1 y 2 parece una larga letanía de una persona quejumbrosa y llena de malestar, precisamente por situaciones que se supone Dios permite y/o provoca. Habacuc tuvo que pasar por momentos difíciles para lograr entender lo infantil que era su fe.

¿Será cierta la aseveración de que Dios no escucha? Hay ideas que se repiten tanto que terminan por parecer correctas, cuando no son más que una burda mentira, dicha de manera piadosa.

¿Podría Dios no escuchar? Definitivamente no, de otro modo dejaría de ser Dios. El grave problema con esta afirmación es el concepto de fondo que supone que Dios debe responder tal cual lo solicitamos y que Dios tiene el control absoluto de todo.

Dios es todopoderoso, pero no controla todo. De hacerlo sería injusto y se convertiría en un tirano. Dios no controla, por ejemplo, la voluntad humana ni las consecuencias que se generan con las decisiones de los hombres. Eso implica que hay circunstancias que no dependen de Dios porque de otro modo, Dios debería intervenir en acontecimientos que implicaran anular la libertad humana. Cuando Dios interviene, que lo hace, es en momentos cuando no se anula la voluntad humana. ¿Podemos entenderlo? Definitivamente no porque está fuera de nuestra comprensión.

“La libertad no consiste en tener un buen amo, sino en no tenerlo” (Cicerón)

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Reflexiones al amanecer

MOTIVO DE GRATITUD 5: Agradezco a Dios por permitirnos vivir momentos difíciles, son esos instantes precisamente los que nos forman y nos dan herramientas para seguir por el sendero.

 #MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.