Una voz en el desierto


“Una voz que grita en el desierto” (Juan 1: 23)
Me crié en el desierto, así que entiendo lo que quiere decir Juan el Bautista cuando se describe a sí mismo como “una voz que grita en el desierto”. El desierto se caracteriza por paisajes inertes, yermos, aparentemente sin vida, donde el viento y la soledad reinan. La voz se pierde en medio del paisaje desolado.

Juan llevaba poco tiempo enseñando sobre Jesús, pero ya entendía que era una voz en medio del desierto. Sabía muy bien que sería atacado, vilipendiado y que arriesgaría su vida por decir lo que estaba llamado a enseñar.

Muchos somos los que nos sentimos como una “voz en el desierto”, especialmente en el contexto de quienes pretenden vivir una “religión verdadera” que descalifica a quien no cree como ellos.

Juan vivía en medio de religiosos tan orgullosos de su religión que no dudaban en maltratar, motejar, insultar y calumniar a quienes tenían ideas diferentes. Por esa razón, cuando llegó el momento no movieron un dedo por Juan y pidieron, muy sueltos de cuerpo, la pena de muerte para Jesús, cuyo único pecado había sido contradecir su religión.

Cuando venga Cristo la tragedia más grandes que se revelará en toda su magnitud será conocer los actos de millones de cristianos que a través de la historia no han dudado en infamar, insultar, maldecir, traicionar, e incluso, asesinar, a quienes adorando al mismo Dios han tenido ideas diferentes a las de ellos. Han muerto más seres humanos a manos de cristianos que todas las guerras juntas. Es la irracionalidad puesta en acción. Juan se sentía “voz en el desierto”, tal como otros nos sentimos en medio de la religiosidad desprovista de gracia.

“Las manos de los cristianos se mancharon con la sangre de sus perseguidores, luego que tuvieron libertad de obrar” (Abate Berguier)

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Reflexiones al amanecer

MOTIVO DE GRATITUD 20: Agradezco a Dios por el modelo de alimentación que nos dejó en su Palabra, que nos sirve no sólo para nuestra alimentación, sino para recomponer nuestro cuerpo. 

¿Estás haciendo tu lista de gratitudes? No olvides, que el desafío para este año es que al final de él hayas escrito 365 motivos de gratitud. 

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