Vengan y vean


“Ellos dijeron: –Maestro, ¿dónde vives?” (Juan 1: 38)

El día de ayer hablamos de Juan el Bautista diciéndole a una multitud: “He ahí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Un anuncio explícito y certero del Mesías. Al otro día, estando Juan esta vez sólo con dos de sus discípulos -Andrés y Juan- volvió a repetir lo mismo, sin embargo, esta vez, pasó algo diferente, los discípulos salieron caminando detrás de Jesús.

Hay detalles que se pasan por alto en una lectura superficial. En primer lugar, no intentan detener a Jesús para hablar con él, sólo lo siguen en silencio. Están a las orillas del río Jordán y por lo tanto, seguramente al caminar hacen ruido con rocas o ramas de la orilla, así que Jesús se da vuelta y les pregunta directamente: ¿Qué quieren?

Lo que ellos acaban de escuchar de su maestro, Juan el Bautista, es que ese hombre es el Mesías, el “cordero de Dios”, así que lo que cabe preguntar de acuerdo a la lógica del relato es: ¿Cómo sabemos que eres el Mesías? o nuestro Maestro nos ha dicho que eres el cordero de Dios y queremos saber más. En cambio, hacen una pregunta que no tiene nada que ver con el sentido del relato: -Maestro, ¿donde vives?

Jesús no se sorprende por la pregunta. No indaga como nosotros lo haríamos cuando un extraño nos pregunta por nuestra casa, sino que simplemente les dicen: Vengan y vean.

¿Qué vieron en la casa de Jesús? No lo sabemos, pero fue suficiente para que se convirtieran a partir de ese día en seguidores de Jesús. En la mañana discípulos de Juan, en la tarde, de Cristo. Es impresionante el cambio. Eso hace Cristo en la vida de las personas, cuando te relacionas personalmente con él, no puedes no creer que el sea el Mesías.

Ellos “querían saber: ¿Era Jesús todo lo que Juan dijo que era; y si lo era, qué estaba haciendo Dios en la tierra?” (Max Lucado)

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Reflexiones al amanecer

MOTIVO DE GRATITUD 22Muchas veces cavilo sobre el amor, trato de entender ese donde magnífico y tengo que llegar a la conclusión que más es lo que no entiendo que lo que comprendo, de todos modos, agradezco a Dios por el amor y por la posibilidad de amar

¿Estás haciendo tu lista de gratitudes? No olvides, que el desafío para este año es que al final de él hayas escrito 365 motivos de gratitud. 

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