A la sombra del líder


“Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas” (Josué 1:2)
Los líderes verdaderos no son los que más fulguran o destacan, sino aquellos que inspiran y movilizan a la gente, sin que las personas tengan temor ni se sientan intimidadas. El mundo que vivimos tiene cada vez más caudillos autoritarios que líderes. El liderazgo es el bien más escaso en el siglo XXI, creando, lamentablemente, la sensación de que lo correcto es lo que se hace, sin darse cuenta, que esa es una distorción del verdadero liderazgo.

Josué fue un líder humilde, desde el mismo momento en que fue escogido por Dios. No hay ningún registro de que alguna vez hubiese codiciado reemplazar a Moisés, ni que hubiese pretendido de alguna manera tomar el lugar de su maestro. Cuando llegó la hora fue el elegido, porque Dios sabía que era el adecuado, especialmente porque tenía la actitud correcta.

¿Qué hace a una persona común y corriente un líder? Fundamentalmente la actitud. En el caso de un líder, esa es la clave fundamental.

Un líder verdadero no procura que se haga su voluntad, sino busca las mejores manera de hacer las cosas, pero siempre buscando consensos, respetando a sus dirigidos, siendo magnánimo, especialmente por quienes son más difíciles de tratar y procura siempre, establecer normas basadas en principios y no en caprichos personales.

Un líder, a la altura de Josué, no encarna a alguien rencoroso, ni temeroso de alguien que le vaya a hacer sombra. Al contrario, se rodea de las mejores personas posibles, sabiendo que si le da la oportunidad a quienes son más talentosos, y él los motiva e inspira, finalmente todos serán beneficiados.

Cuando hay crisis de liderazgo, lo que impera es la arbitrariedad, el matonaje, el chantaje, la ambición, y la falta de consideración. Las personas son tratadas como piezas descartables y no interesan como individuos sino como peones de ajedrez, sin valor en sí mismos, sino como lo que representan como medios, lo que tarde o temprano invalida todo. Un liderazgo en esas condiciones tiene sus días contados, aunque en el trayecto hacia el final, se haga mucho daño. Josué tuvo éxito porque no fue un caudillo, sino un líder.

¿Qué tipo de líder eres? ¿Qué tipo de liderazgo deseas?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 50: Gracias a Dios por la capacidad de oir. Hay tantas personas que carecen de la posibilidad de oir, que cada sonido es un obsequio demasiado hermoso como para callar.

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
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1 comentario:

  1. Un liderazgo malo como el que se describe al final del artículo debería tener sus días contados, esto sería así si los subordinados tuvieran una buena salud emocional. Pero América Latina es un ejemplo de que pueden perpetuarse por generaciones indefinidamente si así lo decide la gente, tristemente...

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