Criar en la perversidad


“Los hijos de Elí eran unos perversos que no tomaban en cuenta al Señor” (1 Samuel 2:12)

El cargo no hace a una persona. Si alguien define su vida a partir de la responsabilidad que tiene, entonces, su existencia es muy limitada, y desde muchos ángulos, carece de sentido en sí misma. Nuestro trabajo es lo que hacemos, no lo que somos. Eso incluye aún los oficios religiosos. Cuando no se capta la diferencia, entonces, la vida se desequilibra.

No sé en qué momento comenzó el desiquilibrio en la vida del Sumo Sacerdote Elí, pero en algún momento su vida dio un giro hacia el cargo y se olvidó del resto de su existencia. Sus hijos son un claro ejemplo de la pérdida del rumbo.

A veces, se tiende a creer que la responsabilidad que se tiene, no tiene nada que ver con la familia y los hijos. Pero, la realidad es otra. Cuando el trabajo ocupa todo el horizonte de nuestra vida, entonces, no hay lugar para hijos ni para nadie ni nada más.

Por otro lado, cuando no se entiende adecuadamente la diferencia entre “tener” un trabajo y “ser” una persona, se tiende a ser negligente en otras áreas de la vida. Los hijos de Elí se convirtieron en personas perversas y abusadoras. No conforme con todo lo que hacían, se convirtieron en proverbiales por su maldad y su forma de actuar perversa.

Supongo que Elí debe haber sufrido con sus hijos, pero no hay ningún registro de que reprendiera a sus hijos o hiciera algo para detenerlos. Hay dos opciones, una es que no se considerara responsable por la conducta de sus hijos y creyera como muchos varones de la actualidad, que la responsabilidad es de la madre, por lo tanto, se mantienen afectiva y efectivamente ausentes. Eli pudo ser como algunos machos latinos, procrean y se alejan, no necesariamente de manera física, pero si se ausentan de la crianza.

Otra opción, es que la perversidad de sus hijos haya llegado a tal grado que llegara a temerles, y de esa forma, se mantuviera al márgen. Una tercera posibilidad, es que simplemente justificara a sus hijos, como muchos padres que son críticos con los hijos ajenos y miopes con los propios. De todas las formas posibles, Elí es un anti ejemplo, un retrato de lo que no se debe hacer.

¿Importa tanto tu trabajo que descuidas a tu familia?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 35: Alabo a Dios por la creación del tacto, porque nos da la oportunidad de apreciar de otras formas la naturaleza y todo lo que ha creado. No imagino mi vida sin poder sentir a través de la piel. 

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