El valor de un perfume


“Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de manera que se los bañaba en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos; también se los besaba y se los ungía con el perfume” (Lucas 7:38)

Hay acciones que para algunos espectadores carecen de sentido, incluso, son consideradas desproporcionadas, no así para los protagonistas, que en gestos y símbolos dan a conocer lo que las palabras no alcanzan a expresar.

La mujer que vierte perfume sobre los pies de Cristo es María de Betania, la hermana de Marta y Lázaro, según el testimonio de Juan (Juan 11:2). Algunos la han querido identificar con María Magdalena, pero, definitivamente el texto bíblico señala que son dos mujeres diferentes.

Lo que ocurrió en su vida no lo sabemos, sólo que era considerada “pecadora”, expresión que para los tiempos de Jesús era una palabra que servía para describir una gran cantidad de conductas, no necesariamente de índole sexual. Se podría considerar “pecadora” a una mujer que hubiese hablado en público con un varón que no fuese de su familia; o a una mujer que se hubiera relacionado con un no judío; o alguien que hubiera sido abusada sexualmente, porque en la mentalidad retorcida de ese tiempo, cuando una mujer era violada, siempre era culpa de ella; también podría ser pecadora por haber caído en desgracia económica, toda vez que la pobreza era considerada castigo de Dios; o por estar enferma; así que la lista es amplia, lo único que evidencia el texto bíblico es el desprecio hacia esa mujer.

¿Por qué acude a Jesús? En primer lugar, porque quiere sentir el aprecio de Cristo, quien finalmente, ante la vista de todos, la exime de pecado y la hace sentir perdonada. Es maravilloso que Jesús siempre nos perdona y busca que nos sintamos protegidos por su gracia, siempre.

Pero, hay otra razón, que a menudo se pasa por alto. Ella, es la primera persona en entender con claridad que Jesús va a morir, así que ella decide ungir a Cristo, no cuando esté muerto, sino estando vivo. Lleva un frasco de alabastro que era muy fino con perfume de nardo, cuyo contenido equivaldría al jornal de un año de un obrero. Al hacerlo nos dio una gran lección, llorar muertos, sin haberles dado honra de vivos, no sirve mucho.

¿Estás dando honra a quienes lo merecen, ahora, cuando están vivos y pueden recibir dicho halago, o estás esperando el cementerio?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 45: Gracias a Dios por los mentores que has puesto en nuestra vida, por aquellas personas que creyeron en nosotros cuando los demás no nos valoraban. 

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.