Un Jesús que incluye


“—¿Quién me ha tocado? --preguntó Jesús” (Lucas 8:45)

La sociedad judía de tiempos de Cristo desconcertaba. Tenían en su historia maravillosas evidencias del cuidado y del amor de Dios, pero a la vez, había un dogmatismo que rayaba en la locura. Habían hecho interpretaciones de las Escrituras crueles y violentas, pero no se percabatan de eso, al contrario, tendían a hacer la vida de muchos inocentes, muy dura e infeliz.

La menstruación se consideraba un estigma. Lamentablemente, por una interpretación sesgada y absurda de los consejos de Moisés, las mujeres menstruantes tenían mucha carga dolorosa sobre sus hombros. Sin embargo, los mismos que hacían esa interpretación absurda de la ley, no excluían a los varones que habían tenido expulsión nocturna de semen, aún cuando la misma ley también hacía consideraciones al respecto. Una ley que tenía como objeto prevenir la higiene y evitar enfermedades, se había convertido en un estigma ilógico y excluyente.

Las menstruantes, en los días en que duraba su menstruación, no podían acercarse a nadie en su hogar. Debían estar aislada, aún los objetos que utilizaran en esos días debían ser apartados, porque se consideraba que la menstruante esta impura.

¿Se imaginan lo que era vivir con una hemorragia continua durante 12 años? Seguramente la mujer mencionada en el evangelio era anémica y padecía de otros males relacionados con el padecimiento que le afectaba.

Toca a Jesús. Con la convicción de que sólo al tocar a Cristo será sana y efectivamente, lo hace, y al momento siente sanidad. Lo que no esperaba es que Jesús la dejaría en evidencia delante de todo el pueblo. ¿Por qué Cristo hizo eso? La razón es simple, pero a la vez compleja, porque nos cuesta mucho entender ese gesto de Cristo. Jesús vino para incluir, no para excluir. No vino a tener seguidores que buscaran expresamente dejar a personas sin la bendición divina. Jesús entendió claramente, que si él no la restauraba socialmente, su sanidad física no tendría efecto. Eso hace Cristo siempre. Restaura de manera plena y no parcial. La integración a la sociedad también es parte de la salvación.

¿Integras o excluyes? El responder adecuadamente hace toda la diferencia.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 55: Doy gracias a Dios por los que escriben. Muchos escritores y escritoras, han hecho mi vida mucho más llevadera y me han dado ideas para vivir. Gracias Dios por el talento que han recibido.

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