Un millonario entre los apóstoles


“Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos” (Mateo 9:10)
A menudo, por mito y desinformación, se presenta a los discípulos como ignorantes y pobres. No eran ni lo uno ni lo otro. Al menos dos eran comerciantes (Judas Iscariote y Simón el Zelote, que era tintorero); había uno de ascendencia sacerdotal y que también era mercader (Natanael); otros pescadores (Pedro, Andrés, Jacobo y Juan), y no eran pobres, al menos los hijos de Zebedeo, porque su padre contrataba a otras personas para trabajar con él; Felipe, no se sabe a ciencia cierta que oficio tenía, aunque tenía ascendencia griega, algunos suponen que era pescador; Tomás, que era carpintero y albañil, por eso se lo ubica posteriormente en la construcción de un palacio en la India; Judas Tadeo era agricultor y a juzgar por su formación, no era pobre, no se sabe que oficio tenía su hermano Jacobo, pero siguiendo la tradición probablemente se dedicaba a lo mismo. Finalmente, Mateo que era rico, ningún pobre podía ser publicano, porque para serlo había que comprar el derecho a recaudar impuestos, y eso lo podían hacer sólo personas de fortuna.

¿Qué vio Jesús en Mateo que lo invitó a ser su discípulo? La Biblia no nos da antecedentes, pero se infiere, que Cristo observó algo distinto en él a diferencia de otros cobradores de impuestos. Cuando invita a Jesús a su casa a comer, en realidad es a un banquete. Tenía casa en Jerusalén, y eso lo sitúa como una persona de influencia, pocos podían tener sus hogares dentro de las paredes amuralladas de la ciudad. La razón que otros recaudadores de impuestos llegaran a su casa indica que era una persona respetada.

Dios no hace acepción de personas. Llama a todos, pero hay que tener cuidado con las tradiciones que transmiten ideas equivocadas. Probablemente los menos preparados de todos los discípulos sean Pedro, Simón, Judas Tadeo y Santiago el menor, sin embargo, nunca Jesús lo hace notar, porque Dios no se interesa por eso, aunque una persona educada puede hacer mucho bien, pero también alguien honesto puede hacerlo.

Dios espera que utilicemos todos nuestros talentos a su servicio, y así hizo Mateo que dejó para la posteridad el libro que lleva su nombre.

¿Estás entregando toda tu preparación para el servicio del evangelio?

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: Cada vida un universo

MOTIVO DE GRATITUD 40: Gracias a Dios por que ha puesto en nosotros el afán de saber, sin esa capacidad, no podríamos aprender y no creceríamos. 

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
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