¿Abandonado por Dios?


“Porque mis enemigos murmuran contra mí; los que me acechan se confabulan. Y dicen: ‘¡Dios lo ha abandonado! ¡Persíganlo y agárrenlo, que nadie lo rescatará!’” (Salmo 71:10-11)

Los versículos 10 y 11 del Salmo 71 son tristes. Muestran una realidad que muchas veces escondemos en frases de buena crianza o de una diplomacia mal entendida. La verdad es que los difamadores y quienes confabulan para hacer mal, abundan, aún en las congregaciones cristianas.

El salmista no está hablando de teorías, sino de la experiencia vital que está viviendo. Es acechado y perseguido por sus propios hermanos de sangre y por quienes, en algún momento, celebraron junto a él.

Mi abuela repetía el dicho “amigos cuando hay higos”, en referencia a quienes buscan la amistad de alguien por interés, y se alejan cuandoya no hay más para recibir. Triste espectáculo de quienes aún no entienden que la vida humana es un terreno de siembras, tarde o temprano cosechamos lo mismo que hemos sembrado.

Muchos, en una mala comprensión de la forma de actuar divina, suponen que si a alguien no le salen bien las cosas, ha sido abandonado por Dios. Eso significaría que si nunca hubiésemos conocido a Cristo y lo hubiéramos visto por primera vez colgado en el madero del Gólgota podríamos haber supuesto que había sido abandonado por Dios.

Lamentablemente, la religión determinista que supone que Dios tiene el control de todo, aún de los desastres naturales y de las hecatombes económicas que han asolado nuestro mundo en los últimos años, ha hecho un daño terrible a la salud espiritual de millones de cristianos que desilusionados se alejan de un Dios que creen manipulador y despreocupado de sus hijos.

Dios nunca nos abandona, ni aún cuando estemos sumidos en el dolor más agudo de la muerte de un hijo o de una catástrofe natural que se lleva en segundos el esfuerzo de años. La presencia de Dios es real para quienes confían en que él está apoyando y dando ánimos en momentos en que más lo necesitamos. Cuando tengamos la oportunidad de ver esa historia que está velada para nuestros ojos nos daremos cuenta que Dios especialmente estuvo en medio del dolor.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: SALMOS DE VIDA 

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1 comentario:

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