Carácter y medio ambiente


“Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará” (Proverbios 22:6)

Margaret Mead (1901-1978)

En una época donde se esperaba que la mujer se quedara en casa cuidando hijos y atendiendo al marido, Margaret no sólo se graduó de la universidad, sino que además obtuvo un doctorado en Antropología (1929), un área que supuestamente no era para mujeres. Ya había alcanzado notoriedad y escándalo en 1925 cuando se fue sola a Polinesia a estudiar a las comunidades nativas y trajo conclusiones que revolucionaron lo que hasta ese momento se daba por aceptable en los estudios antropológicos. Además, hizo algo que fue considerado sacrílego por los más puristas, explicó sus descubrimientos en un lenguaje sin tecnicismos para que el lego en antropología lo pudiera entender, de allí, en muchos sentidos, su fama posterior.

A muchos varones les cuesta trabajo entender que muchas mujeres que han destacado en sus áreas de conocimiento o trabajo, han tenido que esforzarse el doble para ser reconocidas más allá de su sexo, sino simplemente, porque sus aportes son relevantes.

Margaret Mead
Podemos objetar algunos elementos de su estilo de vida, que en su época causaron escándalo. Sin embargo, sus aportes en antropología y educación infantil siguen siendo relevantes hasta el día de hoy. Sus investigaciones en el campo de la crianza infantil y el desarrollo de la mujer, siguen siendo una consulta obligada para quienes quieran entender no sólo la educación del niño sino también el ser mujer.

Una de las conclusiones que llegó en su trabajo es que el carácter que un individuo adquiere está vinculado de una manera marcada por las necesidades específicas de la cultura en la que se desarrolla. En sus estudios sobre adolescencia mostró que la manera de actuar de un joven o señorita (agresivo, pacífico, introvertido, etc.) está influenciado por el medio ambiente donde se ha criado. No es un dato menor cuando pensamos en el impacto de la familia y la sociedad en la vida de una persona.

A veces se piensa que los niños crecen bajo un patrón determinado por la herencia exclusivamente, sin embargo, eso no es cierto. El ambiente va modelando lo que llegamos a ser. No es determinante, pero si condiciona lo que el individuo cree o piensa. Lo que se es de niño y adolescente es lo que perdura en la etapa de adultos. Tenía razón Salomón, Margaret sólo lo confirmó con sus investigaciones.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inedito: Héroes de verdad

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