Héroes y heroinas de aventura


“¿Qué camino lleva adonde la luz se dispersa, o adonde los vientos del este se desatan sobre la tierra?” (Job 38:25)

Amelia Earhart (1897-1937)

La mayor parte de los adelantos científicos y las victorias que los seres humanos podemos gozar, son el resultado de la acción de personas que en su momento fueron considerados locos o desadaptados, cuando no eran más que visionarios que veían mucho más que lo que lograban percibir sus coetaneos.

Amelia representa a esas personas que no se conformaron y decidieron ir más allá de lo conocido buscando, no sólo nuevas sendas, sino descubrir lo que hay más allá, siempre, lo que está fuera del alcance de nuestro conocimiento y experiencia.

Nació en EE.UU. en el año 1897 en el seno de una familia acomodada. Era el tiempo donde las mujeres “de bien” se quedaban en sus casas, ni siquiera salían a trabajar ni ocupaban puestos de responsabilidad política o social. Por esa razón, el que se convirtiera en piloto de aviones, en su momento fue considerado un escándalo.

Debido a la fragilidad de los aviones de esa época sufrió más de algún accidente y percance, pero no se desanimó, y siguió adelante, aprendiendo, y sumando horas de vuelo. En 1923 se convirtió en la decimo sexta mujer en conseguir una licencia para pilotar aviones, toda una hazaña considerando todas las trabas que les eran puestas a las mujeres que a menudo tenían que demostrar mucho más destreza que los varones en iguales condiciones.

En 1928 comenzó su época de aventuras al ser la primera mujer piloto en atravesar el océano atlántico, en esta ocasión, iba acompañada por dos pilotos varones, sin embargo, pronto se convirtió en una celebridad por lo que representaba para una época donde las mujeres recién comenzaban a abrirse paso en áreas consideradas de exclusividad para varones. Luego comenzó sus viajes en solitario por los cuales alcanzó fama mundial.
Amelia Earhart 

Cuando alguien me dice que hay “labores” de varones y de mujeres, no puedo entender a qué se refieren, porque aún la tarea de tener hijos es una labor a la que están llamados varones y mujeres. Dios espera que alcancemos nuestro máximo potencial en cualquier cosa que emprendamos, seamos varones o mujeres. Poner límites a lo que podamos alcanzar es simplemente, no entender que Dios nos hizo para soñar y no para vegetar.


Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inedito: Héroes de verdad

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