“Dios da un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos” (Salmo 68:6)
John Newton (1725-1807)
John Newton |
A pesar de su pasado como comerciante de esclavos se convirtió en un destacado abolicionista que luchó para erradicar de Inglaterra el comercio de esclavos.
La gran lección de la vida de Newton es que hasta el más recalcitrante pecador puede llegar a recibir la gracia de Dios, aspecto que se ve reflejado en su himno, tal vez por eso da tanta esperanza, porque muestra que cualquiera puede llegar a estar ante los pies de Dios premunido de la seguridad de que Dios salva y perdona.
¿Qué haría un legalista con Newton? Para empezar, pondría un manto de sospecha sobre su conversión, recordándole a cada momento cuan maliciosa fue su vida, como si en el entramado de Dios existiera una categorización de pecados. Luego, transmitiría la idea de que hay que ganarse el derecho a ser considerado salvo, varios de los que conozco ni siquiera pensarían en admitir a Newton como parte del selecto grupo de personas consideradas, por los legalistas, como aptos para el ministerio. En su religiosidad tóxica, quienes son llamados al ministerio deben tener un pasado impecable y “demostrar” cada día que son aptos para ser llamados “pastores”, que es otra forma de predicar que sólo algunos son capaces de recibir santidad. Por esa razón, se puede perdonar a cualquiera, y restaurarlo... menos aun pastor, porque en la religión tóxica, un dirigente religioso no puede mostrar debilidad.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inedito: Héroes de verdad
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