Lo que hace la diferencia

“Porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará” (Proverbios 24:16)

En pocos minutos se define toda una vida. Son esos instantes donde se marca la diferencia que es recordada por décadas.

Heather Dorniden de Minnesota, EE.UU., en el campeonanto universitario de 2008, en la prueba de 600 mt., estaba corriendo frente al público. Detrás de esa carrera había años de duro entrenamiento, tal como hacen los atletas, en solitario, mientras los demás duermen.

Sin embargo, cuando va corriendo de pronto se cae. La multitud se pone de pie. Sus familiares y amigos que la ven se ponen tristes. Todos saben lo que le ha costado a Heather estar allí. Todo sucede en segundos. Lo que viene a continuación es increible.

Casi todas las atletas la sobrepasan, quedando en último lugar, pero ella se levanta como un resorte y contra toda lógica comienza a correr como nunca lo hizo en un entrenamiento. Pareciera que sus zancadas son muy superiores a las que ha hecho siempre. La adrenalina la hace correr con una fuerza que ella desconoce.

Heather en el momento de su caida

La multitud prorrumpe en aplausos. La gente se lleva la mano a la boca, otros gritan, los más comienzan a dar saltos de júbilo porque saben que están frente a una hazaña. Una a una Heather sobrepasa a las otras corredoras, hasta llegar hasta la primera y cuando faltan sólo segundos para que termine la carrera Heather, contra todo pronóstico, gana. El público no lo puede creer. Los jueces se miran incrédulos. Se produce un alboroto. Luego de esa hazaña Heather ha sido entrevistada por cientos de canales de televisión y periódicos. Cuando le preguntan por qué lo hizo, su respuesta es simple:

—Tenía que hacerlo. No me podía dar por vencida.

Su hazaña a sido vista en YouTube por más de 4 millones de personas, simplemente, porque inspira entender que las caidas no tienen porque dejarnos en el suelo. Cuando vivimos, sin duda nos vamos a caer, pero tal como dice el versículo, no importa cuántas veces se caiga el justo, siempre se volverá a levantar. El peor error es quedarnos tendidos en el suelo de la derrota lamiendo las heridas del golpe. Levantarse, siempre, porque sólo el que se levanta tiene posibilidades de llegar a la meta.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inedito: Héroes de verdad

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