Testigo


“Rescata a los que van rumbo a la muerte; detén a los que a tumbos avanzan al suplicio. “ (Proverbios 24:11)


Kurt Gerstein (1905–1945)

Kurt Gerstein se crió en un hogar cristiano. Cuando el partido nazi ganó las elecciones en Alemania, siendo una persona idealista, se unió al partido. Al poco tiempo se vio confrontado con los principios que había recibido desde niño y las prácticas nazis. Pensó en huir pero se quedó para convertirse en saboteador y en informante. Tenía la esperanza de que si era testigo el mundo podría saber lo que había pasado y castigaría a los culpables.

Su testimonio dio origen a lo que se conoce como el “informe Gerstein” que sirvió de base para condenar a los jerarcas nazis en el Juicio de Nuremberg.

Por su condición técnica, y sin saber qué es lo que hacía en los campos de concentración, fue incorporado en las primeras pruebas que se hicieron para asesinar a judíos con gas. Horrorizado por lo que vió decidió dar testimonio del Holocausto que comenzaba. Se entrevistó con diplomáticos de países neutrales, con autoridades religiosas e incluso con personas vinculadas a la resistencia holandesa, pero nadie creyó en lo que decía. Era algo demasiado horrible para creerlo, además, despertaba sospechas por ser alemán. Incluso intentó hablar con el Nuncio del Vaticano en Berlín para que alertara al Papa, pero nunca fue recibido.

Kurt Gerstein 
En el intertanto, procurando hacer algo, realizó actos de sabotaje y fue anotando todo lo que veía o escuchaba, sabía que algún día esos testimonios serían importantes. A poco de terminar la guerra desertó y se entregó a las fuerzas aliadas. Pero en vez de creerle, fue condenado como genocida. Murió en su celda en 1945. Recién se rehabilitó su memoria el año 1965 cuando se dieron cuenta que habían cometido un grave error. Se han publicado libros con su historia e incluso una película.

Muchos son los que pese a que no reciben recompensa, hacen lo correcto, sólo por es lo que hay que hacer. Kurt Gerstein dio la alarma sobre un genocidio, pero no le creyeron y fue culpado de lo mismo que acusaba. Los seres humanos somos imperfectos, pero sé con certeza que Dios tiene a Gerstein y a otros como él, como hijos especiales por su valor a toda prueba. Hacer lo correcto porque es correcto, no porque recibiré una recompensa esa es la gran lección, y eso, aunque las mentes humanas sean tan extrañas que terminen culpando al informante.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2013 Del libro inedito: Héroes de verdad

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