¿Necesita Dios defensa humana?


“¿Creéis favorecerle al ser parciales? ¿En defensa de Dios discutís?” (Job 13:8)

Se suele citar profusamente el libro de Job, aún, cuando la mayor parte del libro no es citable, por contener gruesos errores que son parte de la distorción teológica que existía en la mente de los amigos de Job. De hecho, ellos protagonizan la más extensa defensa de Dios que existe en la Biblia, pero la mayor parte de sus conclusiones están erradas. Están puestas en la Escritura, simplemente para que aprendamos a contrastarlas con la verdadera esencia de la divinidad.

Existe la moda de “defender” a Dios, como si la divinidad necesaria de alguna defensa humana, sólo plantearlo parece una idea absurda, seres finitos intentando defender a un ser todopoderoso, sería algo así como el cuadro de una hormiga queriendo defender a un elefante.

Pongamos los hechos en perspectiva. En ninguna parte de la Escritura nos dice que Dios necesite que lo defiendan, al contrario de la humanidad que estaría perdida sin la defensa de Dios.

Por otro lado, Dios es todopoderoso, ¿por qué habría de necesitar que seres humanos finitos, imperfectos y a menudo desatinados, le defendieran? Muchas apologías de Dios son burdas formas de expresiones vacías de sentido, que a menudo, producen más bien rechazo que aceptación de Dios. Además, cuando los cristianos se enfrascan en reyertas donde ofenden, satirizan, maldicen, insultan o motejan, lo único que hacen es traer más oprobio a Dios y a su causa.

Dios es suficientemente poderoso para defenderse solo, quienes son creyentes harían bien en imitarle en bondad y misericordia, que es lo que finalmente abre mentes y dispone a la gente a escuchar.

“En una discusión, lo difícil no es defender nuestra opinión, sino conocerla” (André Maurois)

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014. Del libro inédito: Reflexiones al amanecer

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