Un Dios sanador


“Yo soy el SEÑOR tu Sanador” (Éxodo 15:26)

Para los que leen la Biblia de manera superficial les cuesta entender que lo más valioso de la Escritura está en los detalles, esos que no se pueden observar con una mirada rápida y descuidada.

La palabra hebrea que se utiliza en este versículo para “sanador” es rafa, cuya mejor traducción sería “enmendar”. Era una expresión utilizada fundamentalmente en las tareas de costura. Significa enmendar, puntada a puntada, un tejido roto. Todo el que ha hecho o visto como se hace ese trabajo, sabe que es una labor que demanda tiempo y delicadeza. No se remienda una pieza de ropa a las apuradas, sino con puntadas bien hechas y sabiendo que si no se hace un buen trabajo el resultado puede ser desastroso.

Me gusta imaginarme a Dios como el tejedor de mi vida, el que me va remendando puntada a puntada, y de esa forma, termina sanando mis heridas más profundas y curando los dolores más arraigados. Dios con una aguja, con paciencia, tomando el hilo y cociendo donde se ha descocido el hilo y dejándolo de tal manera que sólo un ojo experto puede darse cuenta que allí hubo un daño.

Admiro a los artesanos y artesanas que tienen la habilidad de tomar un tejido destruido y repararlo de tal modo que queda como nuevo. Lo mismo hace Dios con nosotros. Nos toma en sus manos cariñosas y nos restaura. Nos deja como nuevos. Personas renovadas y renacidas. El negocio de Dios es la restauración, nunca deberíamos olvidarlo, especialmente si escuchamos a cristianos mal enfocados que presentan a un Dios que busca quebrantarnos, cuando Dios hace todo lo contrario, busca unir los pedazos de nuestra vida para darnos paz y la sensación de plenitud que tenemos al sabernos sanos.

“Dios no se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón” (Jorge Bergoglio)

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014. Del libro inédito: Reflexiones al amanecer

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.