En situación de igualdad


“Susana y muchas más que los ayudaban con sus propios recursos” (Lucas 8:3)

El mismo versículo que menciona a Juana, da cuenta de una enigmática Susana, de la cual la Biblia no dice nada más que era una de las que ayudaba a Jesús con sus propios recursos económicos. El nombre Susana es de origen hebreo y hace referencia a una flor, la azuzena, también conocida como el lirio blanco. Era costumbre poner nombres a los hijos a los doce años, así que es de suponer que Susana era una mujer muy hermosa, por lo que decidieron ponerle un nombre evocativo a una flor.

¿Por qué le seguía Susana y muchas mujeres más? Simplemente, porque Cristo rompió en silencio con la tradición de la discriminación a la mujer. Las trató con dignidad, y nunca, por ninguna razón, las trató como inferiores o subordinadas a los varones. Eso lo entendió Lucas al ponerlas en el mismo nivel que el resto de los discípulos al hablar simplemente de ellas con la conjunción “y”, sin hacer ninguna otra referencia, que en ese mundo de discriminación, habría sido lo más normal del mundo.

Si uno imagina el ministerio de Cristo no es difícil entender que Jesús estaba tremendamente ocupado. Recibía personas, hablaba en grupos o a solas, y muchas veces, no tenía tiempo ni de comer ni descansar. Caminatas largas, noches en vela, jornadas cansadoras. Seguramente las mujeres que seguían a Jesús cumplían un rol importante en la colaboración, no sólo de sus propios recursos, sino en la preparación de la comida y la ayuda en los cientos de menesteres diarios.

Algunas de las mujeres que acompañaban al grupo eran familiares de los discípulos como la madres de Juan, Santiago, Judas Tadeo y Santiago el menor. Pero, ¿quién era Susana? Probablemente, al proveer recursos para el grupo al igual que Juana, era esposa o hija de algún judío con una posición social acomodada. Pero, ¿cómo manejaba sus propios recursos? Lo más lógico es que hubiera sido viuda y de esa forma, tuviera acceso a dinero propio.

Andaban con Jesús, en el camino, durmiendo en lugares poco apropiados. A veces creemos que a Cristo lo seguían los 12 apóstoles únicamente, lo que es falso, y eso habla de un Cristo inclusivo, que nunca discriminaba a nadie por ninguna razón, lección que aún no se aprende. Las mujeres, eran parte de su ministerio en igualdad de condiciones con los varones.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014. Del libro inédito: Cada vida un universo
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