“Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes;” (Lucas 8:3)
Juana al ser mencionarla con nombre propio, hace suponer que era muy conocida. Al ser esposa de un funcionario del rey, era una persona de muy buena posición social, para ese tiempo, una mujer rica.
Una de las razones por la que es citada por nombre, es porque era tan revolucionario ver mujeres en un grupo de peregrinos en pos de un rabino itinerante, que la gente la reconocía y sabía con exactitud quién era.
Juana es una de las mujeres que recibe la noticia de la resurrección de Jesús (Lucas 24:19) y una de las que anuncia esa buena nueva a los discípulos.
Cusa, su esposo, era un funcionario importante del rey Herodes. Por esa razón debía tener una muy buena posición social, lo que sin duda le habría provocado problemas con la comunidad judía. Pertenecía por lo tanto a una elite de personas que estaban junto al rey por razones políticas. El poder atrae gente así como la miel a las moscas. No era un ambiente propicio para el evangelio, pero de ese contexto participaba Juana. Diciéndolo de una manera sin eufemismos: Cusa era administrador de los bienes de un hombre perverso, cruel y sanguinario. Eso significa que debía hacer esfuerzos superiores para acallar su conciencia.
Para atreverse a seguir a Jesús, Juana debe haber tenido que superar grandes dificultades, como por ejemplo, irse de viaje con el consentimiento de su esposo, que además de ser marido al estilo judío, era empleado del rey y con mucho poder. Si no hubiese querido, Juana no habría ido tras Cristo.
¿Qué hizo Juana para lograr la posibilidad de ir tras Cristo? No lo sabemos, pero si podemos afirmar con fuerza que ella fue una mujer valiente, decidida y completamente segura de que estaba tras las huellas del Salvador.
Quienes minimizan o desprecian el accionar de Juana, simplemente, no tienen idea de lo que significaba ser mujer para aquel tiempo, algo que muchos por los derechos adquiridos olvidan.
Juana representa a quienes sin dudar van detrás de Jesús dejando todo y volviéndose en peregrino para caminar junto al Maestro. Juana lo hizo, dejó todo, cualquier otra acción no significa mucho al lado de lo que vivió esta mujer.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014. Del libro inédito: Cada vida un universo
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