“Porque me ha sido declarado de vosotros, hermanos míos, por los que son de Cloé, que hay entre vosotros contiendas” (1 Corintios 1:11)
La mayoría de los datos más significativos de la Biblia están en los detalles, que lamentablemente, por no hacerles caso se pierden en un montón de citas aisladas y que terminan no mostrando el mensaje real del texto.
El libro de 1 Corintios fue dirigido a la comunidad de creyentes que vivía en la ciudad griega de Corinto. Probablemente, no se entienda el impacto de esa megapolis, pero era una de las ciudades más importantes del mundo antiguo. Estaba ubicada estratégicamente entre dos puertos y era paso obligado de miles de personas que iban de oriente a occidente y viceversa.
En la época de Pablo albergaba a miles de personas y a otros tantos que constituían una población flotante que iba de paso. Comerciantes, religiosos, tahures, vendedores, soldados, marineros, artesanos y cientos de oficios más que hacían de Corinto una ciudad cosmopolita, llena de vida y también de vicios y desviaciones. Lo que no hay que perder de vista es que era una ciudad griega, por lo tanto, la cultura estaba dominada por sus concepciones sociales y su perspectiva de la existencia.
Cloe es una mujer, probablemente una comerciante de dinero, y es mencionada en el texto como la líder de un clan familiar. Eso es extraño en el mundo griego donde las mujeres no tenían ninguna trascendecia política, cultural ni social. Sin embargo, Cloé se había ganado un espacio, era líder de una familia, en un mundo sexista donde sólo los varones podían tener ese privilegio eso es absolutamente anormal.
Pero también lo es que sea ella la que informe a Pablo de lo que está ocurriendo en Corinto y, es significativo que el apóstol le haga caso y considere su informe lo suficientemente serio como para escribir una carta exhortando a la comunidad que haga arreglos para solucionar las cosas.
Pablo, fiel a su estilo de equidad de género, siguiendo a Jesús, no dice absolutamente nada en contra, al contrario, está agradecido por recibir ese informe, poco le importa si es una mujer, contra toda lógica de ese tiempo la que le comunica, cosa que estaba reservada exclusivamente para varones. Cuando dicen que Pablo era sexista, en realidad no leen la Biblia porque no captan estas sutilezas importantes.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014. Del libro inédito: Cada vida un universo
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