Lo hemos escuchado


“Lo hemos escuchado con nuestros oídos, oh Dios; nuestros padres nos han contado lo que tú hiciste en sus días, en los días del pasado” (Salmo 44:1)

Este versículo es impresionante. Dicen haberlo escuchado con sus propios oidos, pero todo lo que han oido es el testimonio de otras personas y de allí han extraído la fe. Sus padres han cumplido su cometido y han hecho el trabajo. Simplemente, contaron, de manera positiva lo que fue su experiencia con Dios. El amor y la confianza expresada por los padres hacia Dios, hizo el resto.

¿Qué mensaje escuchan los hijos? ¿Qué ven en los padres? A algunos padres que conozco les molesta que los hijos los tengan por referencia. Sin embargo, si alguno no quería ser pez en pescera, no debería haber tenido hijos, porque de eso se trata, de ser referencia para el resto de su existencia, en lo bueno y en lo malo. No hay forma de escaparse, tus hijos te mirarán lo quieras o no.

Muchos padres son “espanta hijos”. Están preocupados de las formas religiosas: Ropa, música, horarios de cultos, lenguaje, y formalismo. Tienen buenas intenciones, pero un discurso que termina alejando a sus hijos de lo que ellos no quisieran: De Dios y de su bondad.

Otros padres, son “acerca hijos”. No están ocupados de cuestiones externas, les tiene sin cuidado. Están interesados en que sus hijos conozcan de sus labios el inmenso amor de Dios. Esos hijos criados en un ambiente de libertad, de respeto, sin imposiciones, pueden en algún momento alejarse de Dios, pero tarde o temprano terminan yendo a los pies de nuestro amado Padre celestial, porque el recuerdo positivo que guardan en sus mentes, no les permite alejarse por mucho tiempo.

Los padres autoritarios, ocupados de las formas religiosas, logran que sus hijos, por lo menos cuando viven con ellos, vivan la formalidad de la religión, pero a la primera huyen despavoridos de un ambiente que les parece opresivo.

No hablo necesariamente de la “asistencia a la iglesia”, que es otro gran tema, porque algunas congregaciones son tan estimulantes como invitar a un hijo a ir al dentista. Sino de la actitud positiva frente a un Dios que es definido en la Biblia como un Dios de amor. Un Dios de amor nunca impondrá su presencia, los padres sabios lo saben.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: SALMOS DE VIDA 

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