Mi llanto es mi alimento



“Mi llanto es mi alimento día y noche mientras no dejan de preguntarme: ‘¿Dónde está tu Dios?’” (Salmo 42:3)

Este es un versículo tristísimo, difícil de asimilar, es de una tristeza infinita, y refleja la angustia de quien siente lo que muchos hemos sentido: ¿Dónde está Dios? Si alguien dice que nunca se ha hecho esa pregunta, es porque o no ha tocado fondo, o no ha sido maltratado por alguna circunstancia extrema o se autoengaña.

Trabajo hace más de 25 años como orientador familiar, en todos estos años he escuchado tantas historias tristes que a estas alturas de mi vida nada me extraña, no he llegado al punto de no empatizar con el dolor de quienes sufren, pero del ser humano, caído, depravado, hipócrita, puedo esperar cualquier cosa.

Alejandra estaba ante mi, con los ojos hinchados de tanto llorar. Ya no le quedaban lágrimas. Hablaba en susurro y me decía: “¿Dónde estaba Dios cuando él me hacía eso?” Sentí un nudo en la garganta. Ella, una estudiante universitaria, me hablaba del abuso sufrido por años de parte de su padre.

Roberto, desafiante, en un momento me hizo la misma pregunta cuando me habló de las circunstancias que había tenido que vivir como niño de la calle, donde fue acuchillado, abusado y maltratado de maneras inimaginables. Lo conocí como estudiante de teología, y supe que estaba allí no para prepararse para predicar sino para intentar contestar esa pregunta que le corroía su mente.

¿Dónde estaba Dios? El día en que fui abandonado. Cuándo fui traicionado por mi mejor amigo. Cuando fui golpeada por el hombre que decía amarme. Ese aciago momento cuando todo se rompió dentro de mi cuando mi madre me ofendió con palabras tan duras que aún no termino de alejarlas de mi, ¿dónde?.

Cada uno tiene una historia que contar, un dolor que acariciar. ¿Dónde estaba Dios? No tengo una respuesta definitiva, lo único que tengo claro es que cuando más lo necesitaba Dios estaba clavado en una cruz muriendo por mi, y esa visión es la que me ha mantenido en pie en medio de las dudas y de los momentos de dolor.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez, 2014 Del libro inédito: SALMOS DE VIDA 

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

1 comentario:

  1. Dios estaba, está y estará, hasta que se termine el tiempo de gracia, reconciliando consigo al mundo en Jesucristo. (2 Corintios 5:18-19)
    Gracias por presentar de manera tan sencilla esta alentadora verdad.

    ResponderEliminar

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.