“Si actúas con pureza y rectitud, él velará por ti, y te dará el hogar que justamente mereces” (Job 8:6)
Jennifer Case
Tienes que haber estado en el barro, hundido y salpicado para entender que ensucia y que difícilmente podrías no ensuciar a quienes están a tu lado. La pornografía hace mucho viene contaminando la vida de muchas personas. Jennifer Case, ex-actriz pornográfica sostiene: “Hay una persona real al otro lado de las imágenes que ustedes están viendo, y ustedes están destruyendo su vida y las vidas de sus hijos”. No lo dice un moralista, sino alguien que ha visto la suciedad de cerca y es capaz de advertir del daño moral que aquello ocasiona para los millones de personas que se han vuelto adictas a una expresión degradante de la sexualidad humana.
Jennifer, como muchas jóvenes, se vio envuelta en la industria porno por su adicción a las drogas, y hacer películas de ese tipo le daba el dinero que necesitaba para seguir consumiendo.
A diferencia de lo que muchos venden, como si la industria del porno fuera lícita y legal, en la realidad, se aprovecha de muchas mujeres como Jennifer que necesitan con urgencia dinero para la vorágine en que se han metido.
Jennifer tuvo un encuentro personal con Jesucristo y eso le dio la fuerza necesaria para salir de un medio degradante y destructivo. Como muchas mujeres que ingresan en ese mundo tuvo una infancia infeliz, caracterizada por un hogar destruido. Huyó de su hogar a los 14 y se mantuvo dentro y fuera de hogares de guarda, hogares de grupo, las instituciones, y otros lugares hasta que tuvo 17 años. Ella dice:
—Muchas de las cosas que me sucedieron en mi infancia me encaminaron hacia una larga carrera en la industria del sexo.
Sin embargo, un día conoció a Cristo. Entendió que la religión no es una cuestión de cultos, de iglesia o de formas, sino que es un encuentro personal con Jesús y eso cambia todo. Dios le dio esperanza para salir, para verse a sí misma como una hija de Dios, para entender que era tan valiosa que Jesús vino a morir por ella, para perdonarse a sí misma y comenzar de nuevo.
En la actualidad está casada, tiene una hija, y trabaja junto a otras ex-actrices porno cristianas, para presentar a Jesús a quienes tanto lo necesitan en la industria del porno. Jesús sigue siendo real y el poder para cambiar.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inedito: Héroes de verdad
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