Discriminación irracional


“Porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas” (2 Crónicas 19:7)

Minnijean Brown (1940)

Cuesta creer que algunos incidentes tan vergonzosos como los de Litte Rock realmente hayan ocurrido y especialmente en un país que se precia de ser “cristiano”. Sin embargo, lo real es que ocurrión. Minnijean Brown es una de los nueve jóvenes negros que ignorando las amenazas de muerte, las multitudes violentas e incluso a la Guardia Nacional del estado de Arkansas logró entrar a la escuela secundaria Central High School, cuyo alumnado era todo blanco, en la ciudad de Little Rock, en Arkansas.

Ella, junto a otros ocho alumnos, todos conocidos como “Los Nueve de Little Rock”, fueron los primeros estudiantes negros en matricularse en Central High School, para cumplir la decisión del Tribunal Supremo que le dio un carácter ilegal a la segregación racial en las escuelas.

Minnijean recuerda haberse sentido “horrorizada” al ver que las tropas militares se encontraban allí para impedirle entrar en la escuela, en lugar de protegerla contra la multitud.

Han pasado 50 años, pero ella aún recuerda la vulnerabilidad que sentía en ese momento frente a una multitud que la acosaba, la insultaba con los peores epítetos que había escuchado y que simplemente, estaban allí, porque consideraban que los afroamericanos no debían estar en colegios integrados.

El prejuicio es irracional. Anula la capacidad de pensar y razonar con lógica. Las ideas mal sanas van tomando forma en la mente de los individuos que tienen ideas preconcebidas y simplemente, no pueden reaccionar.

Hace unos días escuché a un venerable anciano de iglesia, quien suele hablar del amor de Dios, de Jesús y de su sacrificio en la cruz:

—A mi iglesia no va a entrar una mujer pastora, si se atreve a venir la vamos a echar a patadas.

Había en su cara una mezcla de furia, de odio y de irracionalidad que me dio miedo. Así ha sido siempre. Con el racismo, la discriminación, o con el tema que sea, cuando se instala un prejuicio, no hay mucho qué se pueda hacer, las personas simplemente no escuchan. Cuando le dije a ese hombre:

—¿Qué pensaría Jesús de su actitud? —El hombre sólo me miró con ira.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inedito: Héroes de verdad

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1 comentario:

  1. Grandiosa experiencia, así conozco grandes predicadores de profecía, luminarias del zenit Adventista en teología, que se han ensañado contra las santas mujeres del Señor, desconociendo sus derechos y aburriéndonos con su TEOLOGÍA DE LA DISCRIMINACIÓN, SOLO UN DIOS MISERICORDIOSO Y SABIO LOS PODRÁ EXIMIR DE TAN HORRENDO CRIMEN. (Santiago 2)

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