“Hazme saber, Señor, el límite de mis días, y el tiempo que me queda por vivir; hazme saber lo efímero que soy” (Salmo 39:4)
Peter Henlein (1479/1480–1542)
En todos los tiempos, y en cada cultura que ha existido, el ser humano ha buscado la forma de contar el tiempo. La idea del reloj es antiquísima. Han existido múltiples maneras y miles han buscado la forma de idear cómo hacer que el transcurrir de las horas sean numeradas. Somos los únicos seres de la tierra que hacen eso. Los animales simplemente se dejan llevar por el ciclo de los días.
Peter Henlein, fue un cerrajero y relojero de Núremberg, Alemania. Es considerado el inventor del reloj portátil. Hasta que él inventó el reloj portatil la gente se guiaba por los relojes que estaban instalados en las catedrales o en los edificios de los municipios. Henlein hizo lo que el llamó el Taschenuhr, pequeño y con forma de tambor, y podía funcionar durante cuarenta horas antes de que se necesitara rebobinarlo. Se sabe muy poco de su vida con exactitud, en 1512 Johannes Cochläus lo describió como productor de pequeños relojes portátiles. Estos funcionarían 40 horas y podían ser llevados en la cintura o al cuello. Gracias a su invento, practicamente cada ser humano de la tierra tiene un reloj. Le dio la sensación a las personas de que podían “llevar el tiempo” con ellos.
Estamos llegando al fin de un año. Mañana comienza otro año. Pero, es una ilusión. En el devenir del tiempo, no existe año nuevo ni viejo, sólo el transcurrir de la vida. Así que mañana aunque comenzamos una nueva etapa en esto del contar los días, no significa nada más que lo que nosotros queramos que signifique. En mi caso, seguiré levantándome en la madrugada, antes que salga el sol, para leer, encontrarme con la Palabra y la escritura, y seguir en la misma rutina de vivir y seguir cumpliendo metas, porque el día en que se me acaben las metas, simplemente, se acabará mi vida, porque la vida digna de ser vivida es aquella donde avanzamos día a día en el proyecto de vida que nos hemos trazado.
Como dice el texto somos efímeros, tenemos un límite de tiempo, pero al menos podemos hacer en ese tiempo lo mejor posible para que la vida, valga la pena de ser vivida.
Bienvenidos a un nuevo año. Bienvenidos al resto de nuestras vidas.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inedito: Héroes de verdad
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