“Tú eres el Señor, y nadie más. Tú hiciste el cielo, y lo más alto del cielo, y todas sus estrellas” (Nehemías 9:6)
María Sherman Morgan (1921-2004)
Siempre los seres humanos han intentando conocer el universo. Los planetas y las estrellas han sido un enigma que muchos han querido desentrañar. No es extraño que desde siempre se soñara con alguna vez conquistar los cielos.
Después de la Segunda Guerra Mundial comenzó una carrera para conquistar el cielo. En 1957, la carrera espacial estaba candente. Después de que la Unión Soviética puso en órbita al Sputnik, Estados Unidos estaba desesperado por superar la desventaja.
El Dr. Wernher von Braun, de origen alemán, y otros de los mejores ingenieros del mundo se esforzaban por encontrar una solución para los fracasos que había sufrido el programa de cohetes de Estados Unidos. Cuando se encontraban en un atolladero sin saber cómo salir recurrieron a Mary Sherman Morgan.
A principios de los 1950, Mary Sherman era la única mujer analista entre los 900 científicos de cohetes que trabajaban en la empresa North American Aviation. Asombrosamente era también una de las pocas que no tenía un grado universitario. Sin embargo, y contra todo pronóstico, se convirtió en la principal experta de diseño y cálculo de propulsores de cohetes y gracias a su contribución Estados Unidos logró poner en órbita a su primer satélite, el Explorer 1.
Se le atribuye a ella la invención del combustible Hydine, que fue pieza clave en la exploración del espacio.
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, Mary Sherman que se había criado en una granja de Dakota del Norte, estaba en la Universidad Estatal Minot, estudiando química. En ese momento la mayoría de los hombres se incorporó al ejército y varias empresas comenzaron a tomar a estudiantes universitarios como trabajadores. Mary es considerada una de las pioneras de la carrera espacial norteamericana.
¡Qué extraordinario será viajar por el universo cuando Cristo venga! Seguramente muchos de nuestros conocimientos serán obsoletos, porque de cerca nos daremos cuenta de nuestras limitaciones de percepción. El universo es creación de Dios, conocerlo nos llevará la eternidad.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inedito: Héroes de verdad
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