Leyendo la naturaleza


“¡Cuántas cosas has hecho, Señor! Todas las hiciste con sabiduría; ¡la tierra está llena de todo lo que has creado! “ (Salmo 104:24)
Jean Pierre Armand David (1826- 1900)

A Dios es posible llegar por diversos caminos. Algunos leen con devoción la Biblia, pero otros, leen con fervor la naturaleza. Se gozan en lo que Dios ha creado y encuentran a Dios en todo lo creado. La naturaleza es un libro extraordinario que sólo pueden leer con detención quienes observan con cuidado.

Jean Pierre Armand David, fue un joven sacerdote que vivió gran parte de su vida en China. Siendo misionero en aquel país puso en riesgo su propia vida con tal de comunicar el evangelio a quienes tanto lo necesitaban.

Sin embargo, no fue lo único que hizo. Jean Pierre, que era de origen francés, era un enamorado de la naturaleza. Dedicaba todo su tiempo libre a observar las especies que había en China. Con sus observaciones dio a conocer al mundo las maravillas de la creación y descubrió cientos de especies de mamíferos, pájaros, reptiles, peces, plantas e insectos. Hallazgos que le han hecho ser reconocido por la ciencia gracias a sus descubrimientos tras sus aventuras por el interior de China.

Fue uno de los descubridores del oso panda, y descubrió la mejor forma de preservar a esta especie de oso. Originalmente se lo llamó “el oso del padre David”, hasta llegar al nombre con el cual se lo conoce en la actualidad.

Gracias al apoyo de su orden que veía con buenos ojos sus descubrimientos, realizó tres grandes expediciones para descubrir nuevas especies, aventura que le tomó casi cinco años. Con sus estudios mostró que ciencia y fe no tienen por qué estar en contradicción.

Quienes creen que ciencia y fe son incompatibles, lo más probable es que no entiendan ni la fe ni la ciencia. Si Dios es el autor del universo, no tendría por qué un científico tener que renunciar a sus creencias para hacer ciencia.

Es cierto que la ciencia sólo trabaja con lo comprobable, y lo que sea evidente, sin embargo, eso no quita que su aporte es extraordinario cuando los que hacen ciencia son además creyentes. Muchos científicos en el pasado y en el presente, son seguidores de Jesús. Es un mito creer que ciencia y fe deben estar en contradicción irreconciliable. Como en todo, es preciso escuchar, atentamente, para poder entender el mensaje de uno y de otro.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inedito: Héroes de verdad

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