“Nuestros padres pecaron y han muerto, pero nosotros llevamos su castigo” (Lamentaciones 5:7)
Este es probablemente uno de los versículos más tristes de la Biblia. Los hijos reconociendo que están pagando los efectos de las malas decisiones que tomaron sus padres. Es tristísimo comprobarlo una y otra vez. Elecciones que se toman sin reflexionar en las consecuencias que dichas decisiones podrían eventualmente tener sobre la vida de los hijos.
Cuando elegimos algo, de un modo u otro estamos condicionando nuestra felicidad futura. Lo que comemos, los hábitos que adquirimos, cualquier cosa que hagamos, en algún momento del trayecto pesa.
Esto es más cierto cuando pensamos en los hijos. Muchas generaciones tienen que sufrir las consecuencias de las malas decisiones que tomaron sus padres. La primera vez que estuve en Austria, tuve una conversación con una anciana que había vivido la Segunda Guerra Mundial, siendo una niña. Tenía interés en saber su impresión. Me habían advertido que ese es un tema que no se trata o se aborda con mucha delicadeza, no sólo porque los austriacos se avergüenzan de su participación y de que sean recordados porque Hitler nació y se crió en Austria, sino porque muchos vivieron situaciones realmente complejas.
Le pregunté qué sentía frente a lo que había pasado. La anciana con unos hermosos ojos azules me contestó que había vivido con mucha rabia y que durante muchos años tuvo rencor hacia los adultos que habían generado todo eso, hasta que finalmente logró perdonarlos. Finalmente me dijo algo que le dio un giro totalmente diferente a la conversación:
—Decidí ser una persona responsable, que se hiciera cargo de su vida, y nunca diera excusas para someter a mis hijos a algo desagradable, y así he vivido.
Admiré su resolución, y al juzgar por el cariño con que la miraba su nieta entendí que había cumplido con su palabra.
Mi madre solía decir: “no se olviden que tienen que dejarle el mundo a sus hijos”, una forma de decirnos que debíamos hacernos responsables de lo que ellos recibirían, en todo sentido, incluida su salud.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: LAZOS DE AMOR
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