La fe del que duda


“Y al ver a Jesús, le adoraron, aunque algunos dudaban” (Mateo 28:17)

El versículo que encabeza esta reflexión, en la traducción de la versión Dios Habla Hoy, presenta una paradoja. Muchos adoraron a Cristo, eso significa, reconocerlo como Dios, pero aunque participaron de ese acto de adoración, igual algunos dudaban.

Desde una perspectiva poco razonable se ha supuesto que toda duda es una manifestación malsana y de origen no divino. Yo creo todo lo contrario. La duda es un don divino, le da al ser humano la posibilidad de examinar con cuidado lo que quiere creer. En todo momentos los seres humanos nos enfrentamos a encrucijadas en las cuales tenemos que tomar alguna decisión, es el momento de la indecisión, de la examinación de las evidencias, del análisis introspectivo, de la reflexión pausada, es decir, de la duda, que se acaba cuando elegimos un camino y no vuelve a ocurrir sino hasta cuando aparece otra bifurcación más que obliga a realizar la misma tarea.

Si fuéramos robots o personas incapaces de razonar, entonces, la duda no tendría sentido. Sin embargo, somos seres pensantes, con una inteligencia provista por Dios quien nos ha capacitado para elegir. Sin la capacidad de elegir, no nos diferenciaríamos de seres que actúan por instinto y no por razón. Seríamos computadoras programadas para actuar sólo de un determinado modo. Si Dios quisiera eso para la humanidad, entonces, no querría seres que le adorasen, sino esclavos sin voluntad que le siguiesen.

La duda es lo que nos diferencia del mundo animal. Es lo que nos permite ejercer la facultad de pensar y llevar hasta la máxima expresión nuestra capacidad de reflexionar en base a evidencias.

Dios no nos pide que creamos simplemente porque él lo dice, eso sería una especie de imposición manipuladora. Él espera que analicemos las evidencias, que pensemos con cuidado y luego tomemos una decisión.

El radicalismo religioso contemporáneo -islámico y cristiano- está batallando para evitar que las personas piensen. Desea con todas sus fuerzas que los seres humanos dejen de pensar y simplemente, obedezcan porque la religión lo dice. Dicha forma de encarar las cosas, lo único que hace es negar un don dado por Dios precisamente para evitar los excesos de los fundamentalismos radicales: Dudar, una forma inteligente de vivir.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.