Miedo al éxito


“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola” (Deuteronomio 28:13)

Es impresionante cuando se piensa, en la cantidad de gente que no se arriesga, simplemente, porque tiene miedo de tener éxito. Muchas personas saben que tienen que pagar un costo, y no están dispuestas a hacerlo.

El psicólogo y pastor argentino Bernardo Stamateas en su libro Autoboicot señala: “Muchos se quejan y se lamentan de lo que la vida les ha deparado, pero en realidad no existió dentro de ellos un deseo fuerte de capacitarse para obtener resultados diferentes” (2008:69). El capacitarse y hacer las cosas diferentes, puede ayudarnos a vencer el miedo a triunfar, que hace que muchos se inmovilicen.

El autosabotaje encubierto impide que las personas puedan avanzar. Hace que no estén dispuestas a emprender el riesgo que significa hacer el esfuerzo por vivir algo distinto. Cuando hay temor a tener éxito, muchos terminan conformándose con trabajos mediocres en los que no están contentos, con salarios bajos, cuando tienen el potencial de ganar más, y una larga lista de conformidades que a la larga terminan por mellar la vida.

La vida en sí misma es un riesgo, pero no mayor que de atreverse a luchar por los sueños que se tienen. Ir a la universidad, cambiarse de trabajo, atreverse con un emprendimiento, irse a otro país, cambiarse de ciudad, todo eso demanda valentía, pero ser valiente no es carecer de miedo, sino avanzar pese al temor. No conozco a nadie que haya alcanzado el éxito en algún aspecto que no haya tenido que pagar el precio por soñar. Momentos difíciles, instantes que parecieron eternos, consecuencias familiares, pero, a todos los que he escuchado, ninguno cambiaría en nada lo que emprendieron con incertidumbre, porque el resultado es mayor y mejor que el que soñaron.

Dios desea que tengamos éxito. De hecho, no quiere que seamos últimos. Él quiere que ocupemos todo nuestro potencial, que no nos conformemos con menos, que no seamos mediocres ni personas que optan por hacer el mínimo de esfuerzo. Dios no patrocina fracasos, le gusta que nos vaya bien, se alegra con nuestros éxitos. Dios desea vernos felices, plenos, satisfechos y con deseos de avanzar. El temor paraliza, Dios nos ayuda a dejar a un lado el temor. El asunto es que nosotros lo creamos, el éxito parte en nuestra mente.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos

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