Silbidos de serpiente


“La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí” (Génesis 3:12)

Cuesta creer que los peores enemigos de la mujer a través de la historia han sido varones que al mismo tiempo que maltrataban invocaban el nombre de Cristo. Es casi una locura comprobar que en la misma frase utilizan palabras de amor hacia Jesús y de odio a la mujer, es verdaderamente, un cuadro de vesanía incomprensible y digno de una película de terror.

San Ambrosio, quien fuera obispo de Milán, y un importante teólogo y orador. Hermano de santa Marcelina, es uno de los cuatro Padres de la Iglesia Latina y uno de los 33 doctores de la Iglesia católica, escribió acerca de las mujeres:

“Sus caras son como viento abrasador, y sus voces silbidos de serpiente, pero también aplican encantamientos nefastos a incontables hombres y animales. Y cuando se dice que su corazón es una red, se está hablando de la malicia insondable que impera en sus corazones”.

¡Qué! ¿Es posible que esté hablando de la mujer de esa forma? ¡Claro que es posible! Pero, sus palabras marcaron a generaciones de varones que creyeron que tenían derecho a maltratar a las mujeres, y muchas mujeres crecieron en un ambiente donde consideraron normal el maltrato, incorporaron la humillación como si fuera parte de un diseño divino. No es fácil encontrar ejemplos de mujeres en el mundo antiguo que se revelaran frente a este modelo opresivo y las pocas que levantaron su voz, terminaron siendo asesinadas o totalmente silenciadas, para servir de escarmiento y no alentar a otras a hacer lo mismo.

Jesús, en la cruz, nos liberó a todos, varones y mujeres, de la opresión del pecado. Soportar la esclavitud, siendo hijos del altísimo, no es algo digno. Existe la necesidad de una rebelión justa, donde los salvados por Jesús se rebelen ante modelos que nada tienen que ver con el carácter magnánimo y amoroso de Dios que no hace acepción de personas ni humilla a nadie de ningún modo.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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