“Hombre y mujer los creó, y los bendijo” (Génesis 1:27-28)
Es considerado el escritor cristiano más importante de todos los siglos luego de Pablo. El catolicismo lo llama “padre angélico” y sus ideas son la base de la teología católica. A través del mundo abundan las facultades y universidades tomistas. Probablemente, Santo Tomás de Aquino no supo con certeza el impacto que sus pensamientos tendrían en occidente, pero, es innegable que sus ideas han influenciado la cultura occidental, como ningún otro escritor ha hecho.
Por eso, que es realmente preocupante su actitud hacia la mujer, porque sus ideas misóginas, sexistas y androcéntricas no sólo marcaron a su generación sino a las que siguieron.
Una de sus “perlas” describe a la mujer de una manera sarcástica y cruel, dice: “Como individuo la mujer es un ser endeble y defectuoso”.
Parece increíble, pero muchos varones, e incluso mujeres, piensan lo mismo. Suele retratarse a la mujer en general, como una persona endeble, débil, necesitada siempre del brazo protector de un varón. A muchos machos, impregnados de estereotipos esta imagen les satisface y a muchas mujeres, que tienen una vocación de inferioridad, también, incluso muchas sacan provecho de estas ideas torcidas.
¿Será que la mujer es un ser endeble y débil? Si así fuera, no ocurriría lo que es un hecho, que una buena parte de la economía del mundo sobrevive gracias a las mujeres, que luchan por sacar adelante a sus familias, muchas veces, sin la ayuda de ningún varón.
Es ofensivo pensar que la mujer no puede salir adelante sin un varón que la sustente, eso crea personas dependientes y que no pueden hacerse cargo de sí mismas.
En mi vida he conocido a cientos de mujeres, empezando por mi madre, que salieron adelante contra viento y marea, y sin la asistencia paternalista de un varón.
El modelo bíblico no es paternal, es de colaboración mutua, lástima que algunos no lo entiendan.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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