Excelencia


“Un camino mucho más excelente” (1 Corintios 12:31)

Cuando la Biblia califica al amor como “un camino mucho más excelente”, está diciendo que no hay nada mejor, que es lo máximo, el pináculo de las relaciones interpersonales, sin las cuales no es posible vivir con sentido y lógica.

Los seres humanos tienen una necesidad innata de sentirse dignos, honrados y respetados. No es que eso se aprenda, viene con nosotros. No importa en qué cultura se esté, si algo de eso falta, las personas sienten que algo no está bien. Eso es así, porque nacimos para amar, y los constituyentes básicos del amor son la dignidad, la honra y el respeto.

El amor, tal como lo expresa 1 Corintios 13, es bueno, amable, gentil, altruista, correcto, abnegado, y equilibrado. Cuando se ama y se es amado, se vive una relación donde lo mejor aflora de nosotros mismos. Hay amabilidad en el trato. Se es gentil con el amado, porque se entiende que es parte importante de la ecuación de nuestra vida. Es altruista porque se ocupa no sólo de lo propio sino de la felicidad del amado. Actúa de manera correcta, siempre, sabiendo que lo bueno está vinculado al amor. Es abnegado, estando dispuesto incluso al sacrificio si fuera necesario por el amado. Es equilibrado, no vive de excesos ni los busca. Cuando esto no está en una relación, es cualquier cosa menos amor.

Autoengañarse en el amor es fatal. Es como beber veneno de manera conciente. Si no hay bondad, gentileza, paz, paciencia, abnegación, entonces, engañarse no hace bien, porque el amor no engaña, o está o no está. Muchos viven aferrados a una esperanza estéril, esperando que por un milagro el que no ama, se decida amar. Pero así no funciona.

Así como no se puede a nadie obligar a amar, nadie en su sano juicio se queda al lado de alguien que no sólo no ama, sino que además, hace todo lo posible para dañar a quien se ha quedado, supuestamente, por amor.

Hay una frontera muy sutil entre el martirio y el amor, cuando se mal entiende, alguien puede estar dando mucho más que su vida. Puede entregar el dominio de su vida y sus afectos a alguien que no lo merece, y tener como único derrotero una vida miserable y triste. Eso, no es amor.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: LAZOS DE AMOR

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