“Se mantiene fiel en su amor, y perdona la maldad, la rebeldía y el pecado” (Ëxodo 34:7)
Soy un convencido de que el perdón, es en primer lugar, un beneficio para quien perdona, antes que para el ofensor. La persona que perdona elige no vivir atada a una emoción que finalmente, tiene el potencial de destruirla. Por esa razón, elegir no perdonar, es en muchos sentidos, vivir en un estado de insalubridad mental el resto de la vida.
El problema que se ha suscitado con el perdón, que las personas, equivocadamente creen que perdonar implica tener, por un lado, buenos sentimientos nuevamente frente al ofensor, y por otro, reconciliarse con quien nos ha agraviado. Ambos conceptos confunden las cosas.
La emoción es un asunto diferente a la reconciliación y al perdón. El perdón no trata de sentimientos sino de elección. Es en muchos sentidos, un acto soberano de la voluntad y no del sentimiento. ¿Cómo te sentirías si tu ofensor ha asesinado a tu hijo? Si tuvieras buenos sentimientos con esa persona, no sólo serías extraño, actuarías de manera inhumana. Sin embargo, de todos modos, la invitación bíblica es a perdonar.
Del mismo modo, la reconciliación es un proceso diferente, que va acompañada de una restauración del daño y la compensación por lo que se ha hecho. No es automático ni tampoco forzoso. Cuando se quiere forzar, deja de ser reconciliación y se convierte en “conciliación forzada” y moralmente, carece de todo valor.
¿Puedo perdonar y aún así seguir enojado con mi ofensor? Claro, a mi se me pasaría muy lentamente mi enojo con alguien que dañara a alguna persona que amo. Aún así, debo perdonar, para no vivir encadenado a una emoción que es destructiva como el rencor. El enojo, se puede aprender a manejar y poco a poco, como úlceras infectadas, puede sanar.
Perdonar implica no hacer a la otra persona lo mismo que ha hecho conmigo, lo que la Biblia llama “no pagar al mal con mal”. Significa que dejo a un lado la venganza y sigo viviendo, entendiendo que no gano nada con vivir esclavo de quien me ha hecho mal. Cada persona debe aprender a perdonar, de otro modo, la vida se detiene con la ofensa.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: LAZOS DE AMOR
#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria

0 comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.