Perdonar o no


“Si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad” (1 Juan 1:9)

El perdón no es un acto trivial. No se puede tomar a la ligera. Implica siempre un compromiso, que parte, sin ser egoísta, consigo mismo. Se elige perdonar, en primer lugar, para no vivir atado a una relación enferma. Pero, siempre, y sin excepción, es un acto de la voluntad, que no puede ser impuesto de ninguna manera, o de otro modo pierde efectividad y se convierte en una carga.

Cuando elegimos perdonar, tomamos la opción de no vivir encadenados a lo que nos ha dañado o hecho sufrir. Optamos por pasar la hoja. Dar por terminada una situación que podría eventualmente afectarnos de manera permanente. En ese sentido, perdonar o no es una acción que es de exclusiva incumbencia de quien ha sido herido o maltratado. Así como no le podemos pedir a alguien que ame a otro, sólo por presión o porque otra persona se lo solicita. Tampoco podemos obligar a alguien a perdonar en contra de sus deseos personales. El perdón es exclusivamente personal.

Cuando se perdona eso tiene consecuencias, para empezar, quien perdona se quita un peso de encima y puede continuar la vida sin esa carga emocional que significa estar atado a la conducta de otra persona. Eso no implica, de ningún modo, que el perdón traiga automáticamente como consecuencia la reconciliación con quien nos ha agraviado, ese es otro acto, que puede darse o no. Perfectamente quien ha sido afectado por una persona, podría perdonar y no querer vincularse nuevamente, por las más diversas razones que son exclusivamente personales y ante las cuales nadie tiene derecho a inmiscuirse.

A menudo se compara el perdón divino con el humano, y muchos pretenden perdonar de la misma manera como Dios lo hace, lo que no sólo es un error conceptual sino que además se someten a una presión impropia. Dios tiene la capacidad absoluta de olvidar, los seres humanos no. Dios puede, efectivamente, hacer borrón y cuenta nueva, porque no tiene tendencias a las cuales dar cuenta, los seres humanos, en nuestra precariedad debemos aprender a hacerlo y eso lleva tiempo, a veces, toda la vida. Eso por mencionar lo mínimo.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: LAZOS DE AMOR

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.