“En verdes pastos me hace descansar” (Salmo 23:2a)
La oveja no come pastos marchitos y secos, simplemente, los ignora. Por esa razón es muy importante que los pastores las guíen hacia praderas con pastos verdes. Las ovejas, por sí mismas no pueden llegar, porque en general, son animales con poco sentido de ubicación y difícilmente irán a buscar esas praderas.
Esa idea de que Dios es el que nos hace descansar en verdes pastos, es hermosa, pero, esconde una trampa. Dios pastor no puede obligar a ninguna oveja a descansar a la fuerza. Él busca los verdes pastos, y luego, se los ofrece a las ovejas para que coman y además, para que descansen, sin embargo, si no quieren hacerlo, difícilmente podrá obligarlas a comer y a descansar.
Se han tejido una serie de mitos sobre cómo los pastores hacen para obligar a sus ovejas, pero en la realidad, es muy difícil obligarlas.
Para que la oveja acceda al lugar de pasto verde y esté dispuesta a descansar debe confiar irrestrictamente en el pastor que las guía. Esa es la clave fundamental para que oveja-pastor tengan una relación nutritiva.
Eso implica que la oveja que decide no comportarse como tal, entonces, hará todo lo contrario de lo que el pastor espera. No comerá y se negará a descansar.
Dios ha provisto todas las posibilidades para que los creyentes tengan todas las bendiciones, sin embargo, no puede forzar a nadie a recibir lo que él ha dejado providencialmente para bendición de quienes le han aceptado. Algunos viven entre pastos mustios y secos, simplemente, porque no están dispuestos a dejar que Dios los guie a zonas más bendecidas.
A los seres humanos, afectos a la imposición y el autoritarismo, le cuesta mucho entender que Dios en su providencia no fuerza a nadie. Dios elige actuar siempre con respeto a la decisión humana. Es una de sus características esenciales y la que explica muchas de las frustraciones que debe tener la divinidad por la terquedad humana.
¿Quieres alimento sano y nutritivo? Sólo acepta el que te ofrece Dios, de otro modo, nunca descansarás.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: SALMOS DE VIDA
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